El presidente Luis Abinader salió junto a su familia a unas vacaciones navideñas que terminaron el pasado lunes y el mundo no se acabó.
Abinader, al igual que sus antecesores, ha dado una muestra de capacidad de trabajo intensa y extensa, pero tomarse unos días de asueto ayuda a humanizar la posición que ocupa.
Ha hecho bien en tomarse unos días para descansar junto con su familia e informarlo de manera transparente.
Ojalá que esa acción se convierta en una tradición que asuman todos los mandatarios futuros, pues, además de que los líderes, como cualquier ser humano, necesitan descanso, consolidan el mensaje de fortaleza institucional.
Tregua no pedida
Los tres principales partidos políticos del país están lidiando con aspiraciones por candidaturas presidenciales a pesar de que la ley electoral vigente regula el inicio de los periodos de precampaña.
A eso no se le ha hecho caso, a tal punto que desde antes de que se iniciara el presente período constitucional, ya había gente anunciando proyectos presidenciales y haciendo proselitismo interno con gran intensidad.
A pesar de todo eso, en las últimas semanas se ha sentido una especie de tregua no negociada ni solicitada, pues para los aspirantes los tiempos navideños son muy costosos.
Pero lo que parece no se podrá evitar es que el 2025 se caracterice por el intenso proselitismo, aunque la ley electoral lo prohíba expresamente y la Junta esté llamada a impedirlo.
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