El Cártel de Sinaloa ya no existe. De frente al final del 2024, la que fue considerada como la organización dedicada al tráfico de drogas más grande y peligrosa del mundo sufrió una de las fragmentaciones más grandes e importantes de su historia. De acuerdo con la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas publicado por la agencia antinarcóticos estadounidense en mayo de 2024, hasta entonces el Cártel de Sinaloa era considerado como una organización unificada cuyo liderazgo se repartía en cuatro facciones: Los Chapitos, Ismael El Mayo Zambada, Aureliano El Guano Guzmán Loera y la gente de Rafael Caro Quintero. Aunque la Administración para el Control de Drogas (DEA, por su siglas en inglés) describió que las cuatro facciones cooperaban entre sí, un mes más tarde un inesperado suceso marcó para siempre el destino de la longeva organización criminal que se mantuvo durante décadas en la cúpula del narcotráfico en México. Traiciones y la caída del ‘Señor del Sombrero’ En abril de 2023 y en medio de la crisis de salud pública que el fentanilo ha dejado a su paso en Estados Unidos, los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y más de una veintena de sus colaboradores fueron acusados ante el Distrito Sur de Nueva York. La cacería en su contra fue anunciada con bombo y platillo y el primer gran resultado fue la extradición de Ovidio Guzmán López. Meses más tarde, en noviembre, fuerzas federales lograron también la aprehensión de Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, jefe de seguridad de Los Chapitos. Siguiendo el mismo destino que El Ratón, Néstor Isidro Pérez Salas enfrentó su proceso de extradición en mayo de 2024. Si bien dichas acciones, sumadas a los decomisos de fentanilo, daban cuenta de las acciones emprendidas por autoridades de ambos lados de la frontera, irónicamente el mérito del golpe más fuerte que recibió el Cártel de Sinaloa en 2024 se lo llevó otro de los hijos de El Chapo Guzmán. La tarde del 25 de julio, una serie de reportes insólitos comenzaron a llegar desde Estados Unidos: Ismael Zambada García había sido detenido por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su siglas en inglés) en un aeródromo cercano a El Paso, Texas. El septuagenario capo, distinguido siempre por mantener un bajo perfil y por no abandonar sus discretos escondites en la sierra, fue detenido en medio de un embrollo que inició en México y que apuntó no solo a una disputa con sus ahijados Los Chapitos sino también en la política local. Y es que, aunque la detención desató rumores de una entrega voluntaria, a través de su abogado El Señor del Sombrero emitió un posicionamiento en el que narró ser objetivo de un secuestro orquestado por Joaquín Guzmán López la mañana del 25 de julio. Según su versión, el último capo de la Vieja Guardia fue citado en el rancho Huertos del Pedregal para fungir como intermediario en el conflicto que sostenían el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y el ex alcalde de Culiacán, Héctor Melesio Cuén. En su afán de privar de la libertad a El Mayo, pistoleros de Los Chapitos y elementos de su cuerpo de seguridad desataron una balacera que culminó con la inmovilización del Señor del Sombrero y con el asesinato de Melesio Cuén. Ismael El Mayo Zambada fue presentado ante el Distrito Oeste de Texas donde se declaró no culpable del amplio historial delictivo que pesaba en su contra. Sin embargo, su larga trayectoria criminal propició su traslado hasta la Corte de Brooklyn, aquel tribunal en donde su antiguo socio El Chapo ya había sido juzgado y donde él también enfrenta cargos. El cofundador del Cártel de Sinaloa permanece recluido en el Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn donde espera que se defina su situación jurídica y, mientras los fiscales mantienen latente una posible pena de muerte, Sinaloa paga las consecuencias de aquella inesperada traición al Señor del Sombrero.La ‘narcoguerra’ en CuliacánPese a que el cofundador del Cártel de Sinaloa narró en su primer posicionamiento el secuestro del que fue objetivo, el septuagenario capo hizo un llamado a la paz en el estado al asegurar que el camino de la violencia ya se había recorrido previamente sin éxito alguno. La pax narca entre los herederos de El Mayo y los Guzmán se mantuvo a lo largo de casi tres meses hasta que el 9 de septiembre Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco, lanzó una instrucción tajante: acabar con Los Chapitos. Los radios en Culiacán se activaron y la orden de sacar a los hijos de El Chapo de la capital sinaloense desataron una ola de violencia que a poco más de tres meses del estallido del conflicto no se ha detenido. Enfrentamientos armados, narcobloqueos, ataques a establecimientos, desapariciones forzadas y homicidios se convirtieron en el día a día de pobladores de Culiacán y municipios aledaños. Lo crítico de la situación provocó incluso que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) a cargo de Omar García Harfuch reforzara su presencia en la entidad al igual que la Defensa, la Secretaría de Marina (Semar) y la Guardia Nacional. Detenciones de bajo y alto nivel han estado a cargo de dichas dependencias federales al igual que el decomiso de fentanilo más grande registrado en Sinaloa, no obstante, analistas coinciden en que el conflicto interno entre La Chapiza y La Mayiza podría prolongarse durante años. El analista en seguridad, David Saucedo, explicó en entrevista con MILENIO lo complicado que resulta que una facción se anteponga a otra al saberse que ambas cuentan con los recursos financieros, armamentísticos, políticos y de seguridad para prolongar el conflicto. Si bien en el pasado otras fracturas en la organización, como la de 2008 con los Beltrán Leyva o la de 2017 con Los Dámaso, terminaron con el triunfo de una facción sobre la otra, en el caso de la disputa entre La Mayiza y Los Chapitos se ha percibido lo que el analista definió como un “empate técnico”. A inicios del 2025, la disputa armada continúa sembrando terror en Sinaloa y una batalla legal se libra en tribunales estadounidenses en los procesos de El Mayo, Ovidio y Joaquín Guzmán López, circunstancias que dan cuenta de cómo en 12 meses el Cártel de Sinaloa dejó de existir como una organización unificada. ATJ