El presidente chino, Xi Jinping, aseguró en su discurso de Año Nuevo que la reunificación de China con Taiwán es una “tendencia histórica” que nadie podrá detener. En una intervención transmitida por la cadena estatal CCTV, Xi declaró que “el pueblo chino a ambos lados del estrecho de Taiwán es una sola familia” y destacó que los lazos culturales e históricos que unen a ambos territorios son indestructibles.
Las palabras de Xi llegan en un contexto de crecientes tensiones entre China y Taiwán, una isla democrática que Pekín considera parte de su territorio bajo la política de "una sola China". El mandatario chino también hizo alusión a la presión internacional liderada por Estados Unidos, un aliado clave de Taiwán, y prometió superar los desafíos externos y económicos que se avecinan.
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En su discurso, Xi Jinping subrayó que la reunificación de China con Taiwán no solo es una aspiración del pueblo chino, sino una obligación histórica. “Nadie puede romper nuestros lazos de sangre, y nadie puede detener la tendencia histórica de la reunificación nacional”, aseguró.
Este pronunciamiento ocurre después de un año marcado por tensiones en el estrecho de Taiwán, especialmente tras la asunción de Lai Ching-te como presidente de la isla en mayo, considerado un líder independentista por Pekín. Xi reafirmó que el uso de la fuerza sigue siendo una opción sobre la mesa si las fuerzas separatistas intensifican sus acciones.
Además, el presidente aprovechó para mencionar los logros económicos de China continental en 2024, calificándolos como una base sólida para superar las incertidumbres externas. La economía china, según Xi, está preparada para afrontar desafíos mientras avanza hacia el objetivo del rejuvenecimiento nacional.
El estrecho de Taiwán ha sido escenario de constantes maniobras militares por parte de China en el último año, con buques de guerra y aviones que incursionaron casi a diario en la región. Las autoridades taiwanesas han denunciado estas acciones como un intento de “normalizar” la presencia militar china.
En diciembre, China realizó uno de sus ejercicios militares más grandes en años, en la que movilizó fuerzas navales y aéreas cerca de Taiwán. Estas operaciones se dieron tras el paso del presidente Lai por Hawái y Guam, lo que generó fuertes críticas desde Pekín. Taiwán, respaldado por la venta de armas de Estados Unidos bajo la Ley de Relaciones con Taiwán, ha reforzado su defensa ante lo que considera una amenaza directa a su soberanía.
Por su parte, Estados Unidos ha impuesto sanciones a proveedores militares chinos, lo que aumenta la tensión entre ambas potencias. Pekín, sin embargo, mantiene firme su postura de que Taiwán es parte inalienable de su territorio.
