El rastro delfentanilocruza fronteras: no solo hareconfigurado el mapa de los grupos criminales en México, también se ha convertido en un foco rojo para la salud en Estados Unidos.La droga ya ha derivado en una crisis:en 2020, al menos 2.7 millones de estadounidenses tenían un trastorno por consumo de opioides — aunque se cree que esta cifra es inferior a la real— siendo el fentanilo la principal causa de muerte entre los estadounidenses de entre 18 y 45 añosPor otro lado, el territorio mexicano se ha convertido en una de las principales rutas de tráfico: este 2024 se llevó acabo la mayor incautación de la historia, con 20 millones de dosis de fentanilo, según el reporte de las fuerzas de seguridad.Actualmente la potente sustancia también ha ganado terreno como drogaen México: elObservatorio Mexicano de Salud Mental y consumo de Drogareportó un aumento del 80% entre2021 y 2022.Además, el último informe deEspecialistas de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) señalaqueen 2023 los casos de atención por consumo de fentanilo aumentaron con respecto al año anterior:se registraron 430, es decir, cien casos más que en 2022; todos concentrados en estados del norte como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.¿Qué provoca el fentanilo?El opioide no fue diseñado como una droga: surgió a finales de los años 50´s como un fármaco para complementar la sedación antes y después de una cirugía, posteriormente se utilizó paraaliviar los dolores intensos. Sin embargo, hoy en día su uso se extiende a ámbitos no controlados, en los que resulta letal.Su fabricación en laboratorios clandestinos implica riesgos: los cocineros requieren máscaras de gas para evitar los tóxicos químicos que brotan durante la preparación, según detalla un reportaje reciente publicado enThe New York Times.Algunas organizaciones delictivas, como el Cártel de Sinaloa, incluso usan su letalidad como referente de 'control de calidad':"Si los conejos sobreviven más de 90 segundos, la droga se considera demasiado débil para ser vendida a los consumidores estadounidenses", se lee en un reportaje realizadoNatalie Kitroeff y Paulina Villegas.Y es que, el opioide puede provocarque pierdas el conocimiento, incluso antes de notar que ya no estás respirando.Aunque diversos órganos se ven impactados por esta droga, el principal afectado es el cerebro. En 2022 el Hospital General de Massachusetts, afiliado a la Universidad de Harvard, realizó una investigación para conocer qué es exactamente lo que pasa en él cuando entra al organismo, en dicho análisis (publicado en la revista PNAS Nexus) se encontró una de las razones por la que esta sustancia basada en una química sorprendentemente simple, resulta tan peligrosa.El fentanilo tiene una forma específica de actuar al llegar al cuerpo: su particular estructura molecular le permite unirse a los receptores opioides, células presentes principalmente en la médula espinal y el cerebro que están involucradas en la regulación del dolor, así como en la proliferación celular, el control cardiovascular, estrés y la respuesta inmune.Cuando la droga se une a estos receptores, pueden aumentar los niveles de dopamina en el área de recompensa del cerebro, produciendo una ola de euforia y relajación que en el caso del fentanilo es sumamente potente, de ahí que resulte tan adictivo.Los efectos, según laAdministración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) también incluyen:relajación, alivio del dolor, sedación, confusión, somnolencia, mareos, náuseas/ vómitos, retención urinaria, constricción pupilar y depresión respiratoria. A la par,existe una alta probabilidad de que el consumo de esta droga conduzca a un estado de coma o bien, la muerte.¿Un paro respiratorio?El tronco cerebral desde donde también se controla la función respiratoria posee receptores opioides, si estos se ven alterados por una ola de fentanilo inevitablemente larespiración se ve afectada, pero, ¿por qué?En la investigación del Hospital General de Massachusettsse analizó la actividad eléctrica del cerebrode 25 pacientes sometidos a anestesia general para cirugías de dos horas o más de duración. En los mapeos del cerebro descubrieron que ciertos patrones producidos por el fentanilo estaban asociados con la frecuencia respiratoria, la sedación y la pérdida de conciencia.Las pruebas dieron así con una revelación: el fentanilo empieza a alterar la respiración alrededor de cuatro minutos antes de que se produzca cualquier cambio en el estado de alerta y a concentraciones de fármaco 1,700 veces inferiores a las que provocan la sedación.En otras palabras: en cantidades muy pequeñas, el fentanilo puede detener la respiración incluso antes de que se pierda la conciencia. "Esto explica por qué es tan letal: detiene la respiración de las personas antes de que se den cuenta", afirmó Patrick L. Purdon, autor principal de la investigación y titular de la Cátedra Nathaniel M. Sims de Innovación en Anestesia y Bioingeniería del MGH, quien dio estas declaraciones para The Harvard Gazette en 2022. Dentro de los hallazgos también se detectó que el opioide produce una “firma EEG” (los registros que se obtiene en el electroencefalograma) muy particular, distinta de la de otros fármacos anestésicos, lo que podría hacer posible monitorizar sus efectos para permitir una administración de opioides más segura, precisa y personalizada.LHM