Las bajas temperaturas y la aparición de nieblas persistentes van a marcar, según las previsiones meteorológicas, la salida de 2024 y la entrada en el año 2025. A las necesarias medidas de precaución a la hora de conducir hay que sumar por lo tanto también la necesidad de circular con el alumbrado correcto en nuestro vehículo. Además de llevar en condiciones el sistema de iluminación es necesario conocer el reglamento de la DGT, ya que si utilizamos las luces de manera incorrecta podemos recibir una multa, además de provocar riesgo en la carretera al deslumbrar a otros conductores o hacernos invisibles para el resto de usuarios de la vía pública. Las luces antiniebla son una herramienta útil para mejorar la visibilidad en condiciones adversas, pero deben utilizarse de forma correcta y responsable. No llevar luces antiniebla encendidas cuando las condiciones de visibilidad las hacen necesarias se considera una infracción grave castigada con 200 euros, aunque sin pérdida de puntos. Por el contrario, llevarlas cuando no es necesario es una falta leve que supone hasta 100 euros de multa. La DGT (Dirección General de Tráfico) tiene una serie de recomendaciones sobre el uso de las luces antiniebla para evitar multas y garantizar una conducción segura en condiciones de baja visibilidad. Si nos encontramos con un banco de niebla hay varias reglas que no debemos olvidar: nunca pararse en un arcén, encender las luces antiniebla, reducir mucho la velocidad y circular siguiendo las marcas longitudinales de la calzada. Si el coche se detiene por una avería y no hay más remedio que parar, que los ocupantes salgan del coche y se sitúen al otro lado del guardarraíl y señalice la detención debidamente y a una distancia mayor de lo normal. Hay que usar las luces antiniebla con niebla espesa. Cuando la visibilidad se reduce significativamente, estas luces mejoran la visibilidad y hacen que tu vehículo sea más visible para otros conductores. También son obligatorias en condiciones de lluvia torrencial e intensa, en medio de una nevada intensa, o en situaciones donde la visibilidad se ve reducida por factores ambientales como polvo o humo. Las luces antiniebla delanteras no son obligatorias, pero pueden ser útiles en condiciones de baja visibilidad. Sin embargo, su uso excesivo puede deslumbrar a otros conductores. Si no dispones de este tipo de iluminación, la luz de cruce es la más recomendable, ya que ilumina la carretera justo delante del vehículo, evitando el deslumbramiento causado por las gotas de agua en suspensión. Se debe usar la luz de cruce siempre que la visibilidad sea reducida por niebla, lluvia intensa, nieve o cualquier otra causa similar. En general, no es aconsejable utilizar la luz larga en condiciones de niebla ya que las gotas de agua en el aire hacen que la luz se refleje y se disperse, creando un efecto de «espejo» que reduce aún más la visibilidad. Además, puede deslumbrar a otros conductores. Según la DGT «con niebla, el afán por ver mejor puede que nos lleve a poner las luces largas, pero será contraproducente, ya que la luz larga rebota en el banco de niebla y nos deslumbrará sin conseguir el objetivo«. Sin embargo las antiniebla traseras sí que son obligatorias en todos los vehículos y deben activarse junto con las luces de posición y las luces de cruce o carretera. Su función principal es hacer que tu vehículo sea visible para los conductores que vienen detrás. Se activa cuando de verdad la niebla es espesa y no deja ver nada de lo que pasa alrededor. Dicho piloto no se pone con lluvia y hay que desconectarlo en cuanto se supera la zona afectada ya que de lo contrario molestará muchísimo a otros usuarios de la vía. Si la visibilidad es buena no debes utilizar las luces antiniebla, ya que pueden deslumbrar a otros conductores. En condiciones de lluvia ligera o niebla ligera, las luces de cruce suelen ser suficientes. Si la niebla es tan espesa que no puedes ver más allá de unos pocos metros , lo más seguro es detener el vehículo en un lugar seguro y esperar a que mejoren las condiciones.