Tres menores fueron asesinados tras traicionar al grupo delictivo de ‘Los Salazar’ y trabajar para la corporación contraria.
Los jóvenes fueron localizados sin vida en San Ignacio Río Muerto, luego de traicionar a ‘Los Salazar’, informó el comisario de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC).
Alberto Flores agregó que fueron los mismos familiares de los jóvenes, quienes bajo testimonio, aseguraron que los menores de 15, 16 y 17 años operaban como sicarios y tiradores en el municipio.
De acuerdo con la línea de investigación predominante, los tres jóvenes empezaron a trabajar para el grupo delictivo contrario, llamado Antenas de Bácum, razón por la cual fueron privados de la libertad el sábado 28 de diciembre y aparecieron muertos el siguiente día.
El comisario explicó que en el municipio hay un grupo predominante (Los Salazar) y uno que llegó a este año (Antenas de Bacum), hasta el momento no hay certeza si la célula que llegó a disputar el territorio es aliada de Los Chapitos, no obstante, dicho cártel ha intentado apoderarse de varios territorios en Sonora.
Otra víctima que apareció muerta con los jóvenes es una mujer, la cual era mayor de edad y fue privada de la libertad en días pasados.
San Ignacio de Río Muerto está a 40 kilómetros de Ciudad Obregón, territorio que se ha visto azotado por la violencia en este 2024, en el que opera La Plaza, brazo armado de Los Chapitos, Los Trinis, grupo creado por un ex integrante de los Beltrán Leyva y Los Salazar.
En 2024, en Sonora, después de las elecciones presidenciales y tras la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, los municipios del norte y otros colindantes con Sinaloa, han sido azotados por enfrentamientos constantes del crimen organizado, así como amenazas a las autoridades por células delictivas que se disputan el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Según cifras de El Secretariado Ejecutivo, en Sonora, de enero a noviembre se han registrado mil 332 homicidios, siendo julio el mes más violento, con 150, datos que según autoridades en Sonora representan la guerra entre los grupos del crimen organizado, pues más del 95 por ciento de los homicidios están relacionados con enfrentamientos entre las células delictivas.
