Max Verstappen quiso confirmar que su advertencia a Red Bull a principios de 2024 no fue porque sí, sino que tenía una certeza para afirmar su posición. En una temporada marcada por tensiones internas y problemas con el monoplaza, el neerlandés supo demostrar su capacidad de liderazgo tanto dentro como fuera de la pista.
El inicio del año no fue sencillo para Red Bull, con rumores de fracturas internas tras la salida de Newey y conflictos en la directiva. Para añadir fuerza a la tormenta estaba Helmut Marko, uno de los aliados más cercanos de Verstappen, cuya continuidad parecía incierta y el neerlandés parecía decidido a abandonar la estructura si el austríaco se marchaba.
“No fue un farol”, aseguró el piloto al medio De Telegraaf. Su respaldo al asesor envió un mensaje claro dentro del equipo con sede en Milton Kenyes, aunque también despertó especulaciones sobre su futuro en Red Bull, especialmente con Mercedes y Aston Martin en el horizonte como posibles alternativas.
A pesar de los problemas iniciales, Verstappen y el equipo supieron superar las adversidades para recuperarse en el tramo final. Sin embargo, Red Bull terminó tercero en el campeonato de constructores, marcando un contraste negativo con respecto a la dominancia mostrada en 2023.
“Una vez que estoy en el coche, solo me preocupa el rendimiento, afortunadamente”, explicó Verstappen. Aunque las tensiones han disminuido, el piloto de 27 años admite que en ese momento su confianza en el equipo no era total: “Creo que expresé claramente lo que pensaba al respecto. Y también lo dije en serio. No fue un farol. Y también lo saben dentro del equipo. ¿Si en ese momento tenía alguna duda sobre mi futuro en Red Bull? Bueno, la sensación no fue del todo al 100 por ciento. Estaban pasando muchas cosas. Pero, por otro lado, tampoco creo que si algo sale mal, puedas decir inmediatamente: Me voy. Yo no soy así”, finalizó.
Fuente: Car and Driver
