Frente a la demanda de divisas récord que anticipa la temporada de verano, con impulso del sector turismo, el ingreso marginal de la cosecha fina le exigirá a la cartera de Economía un esfuerzo adicional para gestionar la presión sobre las reservas y su impacto en el tipo de cambio.
En base a los precios actuales y de acuerdo con el volumen en toneladas que se proyecta exportar en el próximo año, se prevé que la oferta total de divisas del agro en el Mercado Libre de Cambios (MLC) alcance los u$s 31.500 millones en 2025. De este monto, aproximadamente u$s 25.200 millones se liquidarían en el MLC, mientras que otros u$s 6.300 millones se canalizarían a través de los mercados financieros, como el contado con liquidación (CCL).
Aun así, estacionalmente, se espera que la liquidación de dólares se acelere en el segundo trimestre del año.
Por eso, los meses de enero y febrero representarán un desafío: además del impulso para gastos en viajes y consumo en el exterior, se espera mayor requerimiento de divisas del sector importador a partir de la flexibilización y ampliación de cupos, en el régimen courier, para consumo particular y comercial que, comenzará a reflejarse en la balanza comercial durante los primeros meses del 2025.
En este escenario, como sucedió a lo largo del 2024, se espera que la cartera que conduce Luis Caputo en alineación con la dirección del Banco Central de República Argentina (BCRA) a cargo de Santiago Bausili, administre la escasez ya que, entre enero y marzo se estima que el campo ingresará cerca de u$s 5000 millones.
Durante el verano se comercializa principalmente trigo y algo de cebada, que viene con buenas perspectivas de producción, además, todavía puede quedar remanente de 2023/24 y también algo que ingrese por prefinanciación de exportaciones, explicaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) pero "el grueso comienza a verse a partir de marzo-abril con el ingreso de la nueva cosecha y el maíz.
Al proyectar cuánto del total se reflejará en las cuentas del sector público durante el verano, Javier Preciado Patiño, analista agropecuario calculo que trigo, harina de soja, aceite de soja, harina y aceite de girasol y cebada para el periodo diciembre a marzo "no deberíamos estar por debajo de 5.200 millones de dólares" . La cifra se encuentra por debajo a los u$s 5.768 millones que se liquidó entre diciembre de 2023 y marzo de 2024.
Para esta campaña 2024/25, las cosechas de trigo y cebada en conjunto aportarían alrededor de 23,70 millones de toneladas (tn), frente a las casi 100 millones que explican los dos principales cultivos extensivos: soja y maíz, dijo Eugenio Irazuegui, responsable de Research de Enrique R. Zeni y Cia.
"Hacia el segundo trimestre del año, con la entrada de la cosecha gruesa, es habitual que observemos un crecimiento en estas liquidaciones", confirmó.
En ese sentido, repasó que durante los meses de abril, mayo y junio de este año se han registrado ventas por algo más de u$s 6.500 millones. "Si bien la campaña 2024/25 muestra signos positivos en materia agronómica (aún restan transitar los meses críticos) el gran desafío lo imponen los bajos precios internacionales de las materias primas agrícolas", advirtió.
Puntualmente se refirió ala soja que "está fluctuando en la zona de mínimos de cuatro años en la plaza de Chicago, ejerciendo una presión directa en las cotizaciones locales, tanto en los valores con entrega disponible como en los contratos a cosecha".
De no mediar cambios en el contexto descripto, según Irazuegui, lo más probable es que la liquidación de divisas se mantenga en bajos niveles en estos primeros meses de 2025.
El escenario anticipa una disminución significativa en la liquidación de granos en Argentina, principalmente en enero y febrero, no sólo por características de los cultivos sino también por la escasa necesidad de los productores de liquidar divisas porque "no requieren hacerlo para abonar labores de siembra y cosecha", aclaró Gianfranco Rojo Tanzi, socio de BDI Consultora.
"Estos meses no son propensos a grandes pagos de impuestos, y los arrendamientos agrícolas suelen abonarse de manera intensa en diciembre y en abril o mayo, tras la cosecha", agregó.
Este fenómeno impacta directamente en las reservas del Banco Central, que en el último año pasaron de 32.864 a 22.758 millones de dólares, destacó Rojo Tanzi.
"El gobierno ha previsto esta situación", dijo el analista y apuntó a las compras de reservas realizadas durante los últimos meses del año, junto con los ingresos de dólares provenientes del blanqueo, que "podrían permitir al gobierno controlar el mercado cambiario".
Por lo tanto, "no se espera que el tipo de cambio se vea afectado significativamente por la merma en la liquidación de granos", afirmó.
A diferencia de años anteriores, añadió, estos meses solían estar marcados por un alto estrés cambiario, en gran parte debido a la histórica sequía que afectó al campo, lo que resultó en pérdidas significativas y, en consecuencia, una menor liquidación a lo largo del año.
En cambio, Martín Mazza, director de MM Investments, expresó que la "limitada" entrada de divisas en los meses estivales "puede ejercer presión sobre las reservas del BCRA y la estabilidad del tipo de cambio".
"Con menores ingresos de dólares provenientes del agro, el BCRA podría enfrentar desafíos para mantener el nivel de reservas internacionales, lo que a su vez podría afectar su capacidad para intervenir en el mercado cambiario y sostener la estabilidad del peso argentino", explicó a El Cronista.
No obstante, el analista financiero reconoció que el BCRA ha implementado estrategias para mitigar estos efectos, como la acumulación de reservas durante los meses de mayor liquidación y la utilización de instrumentos financieros para regular la liquidez en el mercado. "Aunque se anticipa una mejora en la producción agropecuaria para la campaña 2024/2025, la liquidación de divisas durante los meses de verano seguirá siendo limitada debido a la estacionalidad de las cosechas".
Por eso, frente a los desafíos para las reservas del BCRA y la estabilidad cambiaria, indicó que "con una gestión adecuada y políticas complementarias, es posible mitigar estos riesgos y mantener la estabilidad económica".