Debido a que “no ha dado los resultados esperados” y a que “no ha funcionado del todo” bien, la presidenta Claudia Sheinbaum debe “balancear” la presencia militar en la estrategia y en el gabinete de seguridad, estimó México Evalúa.
En su último balance del año sobre seguridad, este organismo de la sociedad civil concluyó que la estrategia de seguridad de Sheinbaum, “aunque tiene algunas fortalezas que la diferencian respecto de las de sexenios anteriores, presenta riesgos por las inercias que mantiene, mismas que la Presidenta deberá neutralizar si pretende que en 2030 no se hable, de nueva cuenta, del sexenio más violento de la historia”.
El estudio, titulado (In)Seguridad Pública 2018-2024, Un balance de la Gestión, planteó que “como estrategia de política pública, la militarización es contraproducente, pues no sólo no contiene la violencia, sino que la incrementa, tanto en forma de homicidios dolosos producto del enfrentamiento entre grupos criminales y Fuerzas Armadas, como en violaciones a derechos humanos”.
“En otras palabras, en labores de seguridad, las corporaciones castrenses se convierten en generadoras de violencia en lugar de agentes de pacificación”, subraya.
Destaca que, “en cuanto a la violencia político-criminal, de 2018 a 2024, las víctimas incrementaron 227.3% a nivel nacional, al pasar de 161 a 527. Los territorios afectados aumentaron 72.2%, pasando de 126 a 217 municipios. En ese periodo, hubo una agresión diaria en contra de actores político-administrativos”.
No obstante, siempre “la prioridad para el expresidente Andrés Manuel López Obrador fue la militarización. Esto se observa de forma clara en el presupuesto. De 2019 a 2023, los entes militares gastaron 72.2% del gasto total de las instituciones de seguridad pública”.
“En comparación con 2018, último año del ex presidente Enrique Peña Nieto, el gasto militar se incrementó 41.9% en 2023 y el gasto civil se redujo 50.8%”, expone el estudio.
Y añade que “la Sedena fue la institución más beneficiada. Entre 2019 y 2024, gastó 355.3 mmdp, es decir, 48.4% del gasto total de las instituciones de seguridad pública. Con AMLO, la Sedena incrementó más de 50% su gasto frente a la época de Calderón”, precisa.
Por ello, los analistas sugieren “balancear el poder militar en el gabinete de seguridad, implementar instancias de observación, seguimiento y rendición de cuentas a la actividad militar”.
