El PSOE se encuentra en un momento de gran debilidad, con un 28% del voto y 115/117 escaños. Muy cercano a los datos del desastre electoral de 2011, en el que obtuvo el 28,7% y 110 escaños. Desde las elecciones generales de 2023, los socialistas han perdido 3,7 puntos porcentuales y su electorado se ha reducido en un millón de votantes, ha caído de 7,8 a 6,8 millones. De no ser por los 608.000 votos que recibe de Sumar su situación sería mucho peor. Hay que tener presente que 801.000 electores del PSOE, el 10,2%, votaría ahora a la derecha, frente tan solo 204.000, el 2,6%, que votaría a Sumar o a Podemos. Además, un 8,7% de votantes del PSOE, 682.000, manifiestan que se abstendrían. La desbandada es tal que solo conserva el 76,1% de los que le votaron en 2023. Porcentaje que contrasta con el 90,1% del PP o el 85,2% de Vox.
Con los resultados de la encuesta se reducen las probabilidades de que Moncloa busque un adelanto electoral, pero por otra parte el inevitable choque con la Justicia se acerca y antes que comiencen los juicios que afectan a familiares, cargos y asesores del PSOE, la prudencia obligaría a Moncloa a anticipar las elecciones. Por lo tanto, el PSOE está atrapado en la breve línea temporal que dista desde hoy al comienzo del calvario judicial. A no ser que la fortuna les brinde una ventana de oportunidad en los próximos meses. Pero la intención es la de enrocarse y agotar la legislatura aunque el PSOE tenga el peor resultado de su historia en las elecciones de 2027.
Ante este deterioro electoral, entre significados miembros del PSOE no afines con la actual dirección, toma fuerza la idea de más vale ir ya a elecciones para al menos quedarse con 110 escaños, igualando los resultados de la debacle electoral de 2011, para de este modo al menos poder liderar claramente la oposición, y junto con sus cuatro presidentes autonómicos, 11 alcaldías en capitales de provincia y 20.784 concejales repartidos por toda la geografía, reconstruir el partido, volver a la senda constitucional y de este modo mejorar los resultados en la elecciones generales siguientes. Esperar a este verano no garantizaría ni siquiera llegar a los 100 diputados. Por lo que empezamos a observar importantes discrepancias entre los intereses electorales de Moncloa y los temores en el PSOE de que sostener a Sánchez sea pagar un elevadísimo precio.
A la izquierda más allá del PSOE tampoco le van bien las cosas, de 3,1 millones de votos han pasado a 2,4 millones; 1,3 para Sumar y 1,1 para Podemos. La formación de Yolanda Díaz va menguando inexorablemente, simultáneamente el partido de Belarra remonta y amenaza con dar el «sorpasso» a Sumar, con un 5,3% y 4,5% del voto actual, respectivamente. El voto obtenido en 2023 se fracciona principalmente entre cuatro opciones; el 33,2% sigue con Sumar, el 30,9% se va con Podemos, mientras que el 20% elige el PSOE y el 13,5% se abstendría. Por lo que el PSOE debilita, pero no absorbe, a la candidatura de Sumar, ya que el 64,1% votaría a Díaz o a Belarra.
Las expectativas para la derecha son muy buenas, pues sumarían entre 191 y 195 escaños; de los cuales el PP recibiría 150/152, Vox 40/42 y UPN 1. Los partidos de la derecha ganarían entre 20 y 24 escaños con relación a las elecciones de 2023. La mayor parte serían para el PP, entre 13 y 15, por lo que en solitario ampliaría su grupo parlamentario a 150/152 diputados. El PP capta 649.000 votantes del PSOE, 244.000 de Vox y 242.000 de los nuevos electores, es la primera opción de los que se marchan del PSOE y de Vox, así como el partido más votado por los nuevos electores.