Alemania ha presentado un modelo con motor de hidrógeno diseñado para cambiar el futuro de la automoción. Esta alternativa de movilidad sostenible, impulsada por Bosch, representa un avance hacia la neutralidad en carbono y la adopción de combustibles alternativos a través de la innovación tecnológica.
La industria automotriz se encuentra en una encrucijada, con la normativa europea que prohíbe la comercialización de vehículos con emisiones para 2035. En este contexto, Alemania apuesta por los motores de hidrógeno como una solución sostenible y eficiente. Según Bosch, esta tecnología permitirá desarrollar vehículos neutros en carbono y ofrece una alternativa viable a los eléctricos.
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Bosch, conocida por liderar en tecnología de movilidad sostenible, realiza pruebas con combustibles renovables en España. En colaboración con su planta de Aranjuez, la compañía utiliza Hydrotreated Vegetable Oil (HVO), un carburante derivado de materias primas 100 % renovables. Dos camiones equipados con esta tecnología realizan recorridos diarios entre Aranjuez y Madrid, demuestra que los combustibles alternativos son una realidad operativa.
El HVO, según Bosch, representa un paso crucial hacia el uso del hidrógeno verde. Este carburante promete ser un puente entre los combustibles fósiles y las soluciones de cero emisiones. La empresa también trabaja en técnicas más económicas para la producción de hidrógeno mediante electrólisis, posicionándose como un actor clave en el desarrollo de esta tecnología.
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En asociación con Ligier Automotive, Bosch ha diseñado un motor de hidrógeno que estará disponible a finales de 2024. Este motor, que combina innovación y sostenibilidad, es una variante de los motores de combustión interna, adaptada al uso de hidrógeno como combustible. La maquinaria cuenta con un bloque biturbo 3.0 que desarrolla una potencia de 563 caballos y 650 Nm de par, ideal para deportivos, turismos y vehículos de carga pesada.
El sistema incluye tanques de hidrógeno a alta presión y tecnología avanzada para inyección directa. Según Bosch, también trabajan en un componente capaz de convertir hidrógeno directamente en energía mecánica, que elimina la necesidad de transformar el gas en electricidad, lo que simplificaría la estructura del vehículo y aumentaría su eficiencia.
Con esta tecnología, Bosch proyecta que para 2030 los motores de hidrógeno y los eléctricos dominen el mercado automotriz. Sin embargo, el desarrollo de una infraestructura adecuada para estaciones de repostaje sigue siendo un desafío. En España, actualmente hay solo siete estaciones de hidrógeno operativas, un obstáculo que deberá superarse para garantizar el éxito de esta tecnología.
La compañía estima ingresos superiores a 5.000 millones de euros para 2030 gracias a la adopción de motores sin emisiones. Además, el hidrógeno verde, producido mediante electrólisis, promete ser una solución ecológica y rentable para cumplir con las normativas europeas y garantizar la sostenibilidad en la automoción.
