El 1 de enero de 2025, la Panamericana Sur podría enfrentar un caos vehicular sin precedentes, con un estimado de 60 mil vehículos en dirección a Lima. Este incremento en el flujo vehicular, en comparación con los 50 mil que transitan normalmente, genera preocupación entre los especialistas.
De los 60 mil vehículos proyectados, se estima que 10 mil serán pesados, como camiones y buses, lo que podría agravar aún más la situación. Ante este panorama, es crucial que los conductores tomen precauciones y planifiquen su retorno a la capital.
PUEDES VER: ¡Atención! Minedu extiende vacaciones escolares 2025: nuevas fechas para colegios privados y públicos
Históricamente, cada 1 de enero, el retorno desde el sur hacia Lima se convierte en un desafío para los conductores. Este año, se anticipa que el tráfico será aún más intenso, con un aumento significativo en el número de vehículos. La congestión podría comenzar a notarse desde la tarde del 29 de diciembre, cuando el tránsito en la Panamericana Sur es ligero, pero se espera que se intensifique a partir de las 2 de la tarde.
Para hacer frente a esta situación, Rutas de Lima, la empresa encargada de los peajes, ha implementado la ampliación de dos carriles desde La Chutana hasta el puente Atocongo. Esta medida busca facilitar el flujo vehicular y reducir el impacto de la congestión en la carretera.
Los conductores deben estar atentos a las condiciones del tráfico y considerar alternativas para evitar las horas pico. La planificación y la paciencia serán clave para un retorno seguro y eficiente a Lima.
El Reporte de Inflación del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) destaca el impacto negativo del tráfico vehicular en Lima, que ha generado pérdidas de S/20.000 millones en 2023. Cada persona que utiliza transporte en la ciudad pierde aproximadamente S/3.800 anuales. Esta situación afecta la productividad de millones de trabajadores, quienes enfrentan dificultades para llegar a sus lugares de trabajo y regresar a sus hogares, lo que prolonga significativamente sus tiempos de desplazamiento.
El BCRP señala que el tráfico y la ineficiencia del transporte público en Lima generan un aumento del estrés, afectando negativamente la salud mental y física de las personas. Esto no solo reduce la productividad laboral, sino que también incrementa el riesgo de ausencias por licencias médicas, afectando el rendimiento general de los trabajadores.
Además, la congestión vehicular contribuye a la emisión de gases contaminantes, lo que impacta la salud pública y eleva los costos relacionados con enfermedades respiratorias. El informe destaca la necesidad urgente de implementar soluciones efectivas para abordar estos problemas.
