La Marina de Guerra del Perú llevó a cabo un rescate exitoso de 30 pescadores que permanecieron atrapados en alta mar durante dos días debido a un fuerte oleaje. La angustia de sus familiares se transformó en alivio al saber que todos estaban a salvo.
Los pescadores, originarios de la provincia de Contralmirante Villar en Tumbes, fueron encontrados y trasladados al puerto de Zorritos. A pesar de haber sobrevivido a la adversidad, relataron que se quedaron sin comida y combustible, lo que complicó aún más su situación en medio de las gigantescas olas.
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Sin embargo, la situación en la región es crítica, ya que aún hay 180 pescadores que permanecen en alta mar. Los maretazos han causado estragos en la economía local, afectando no solo a los pescadores, sino también a las infraestructuras de la zona.
El avance del agua ha dejado huellas devastadoras en Tumbes. Las bases de las viviendas han sido severamente afectadas, y se reportó el colapso de una casa de dos pisos en cuestión de segundos. Los pobladores, atónitos, observan cómo el mar ha invadido hoteles y restaurantes en el balneario de Zorritos, causando pérdidas significativas.
Asimismo, la comunidad pesquera ha sufrido un duro golpe, ya que cientos de pescadores han perdido su única herramienta de trabajo. Las imágenes de hombres llorando junto a sus embarcaciones destruidas por las olas reflejan la desesperación y el impacto emocional que ha dejado esta tragedia en la población local.
El ministro de Defensa, Walter Astudillo, llegó a Tumbes para supervisar las acciones de respuesta de las Fuerzas Armadas y el Instituto Nacional de Defensa Civil. Durante su visita, realizó una inspección aérea para evaluar los daños en las embarcaciones de los pescadores artesanales y en las viviendas afectadas en zonas como Canoas de Punta Sal y La Cruz.
La situación sigue siendo crítica, y se espera que las autoridades continúen trabajando para brindar apoyo a los afectados y restablecer la normalidad en la región.
