Hay papeles que te pasan tan por encima que es difícil esquivarlos. O dejarlos atrás. Le ha sucedido a Daniel Craig , que amortizó durante dieciocho años el traje de James Bond y parece que su carrera, mucho más prolífica y variada, se reduce a pedir un Martini agitado, no mezclado. Igual que las balas parecían no hacerle daño bajo el uniforme del último 007, máximo icono de la masculinidad, capaz de reanimarse hasta a sí mismo, no hay casi rastro de su filmografía previa. Y no es por falta de buenos títulos. Además de ser el agente del MI6 más famoso del mundo, Daniel Craig trabajó con algunos de los más grandes cineastas del planeta. Ha desfilado a las...
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