Ramon Rodríguez Verdejo, Monchi, vive ahora más alejado de los focos mediáticos trabajando en el Aston Villa, junto a los también españoles Unai Emery y Damià Vidagany. El exdirector deportivo del Sevilla concedió una entrevista a DAZN en la que reconoce que la exposición pública que tenía en Nervión quizá era “excesiva en muchos momentos”.
“Evidentemente, aquí se dan una serie de factores que me han separado un poco de la primera fila... incluso me han quitado de la foto. Posiblemente yo lo necesitaba. A todos los niveles, en el Sevilla iba más allá de la figura de un director deportivo, por muchas circunstancias. Son 35 años en el club. Soy sevillista acérrimo, y muy vinculado a circunstancias que no son solamente deportivas, eso provocaba que mi exposición fuera excesiva en muchos momentos, lo reconozco. Pero cuando te montas en un tren en marcha ya es muy difícil bajarte”, añade Monchi sobre la dificultad de quitarse ese cartel en Sánchez-Pizjuán.
“Esa figura se fue creando poco a poco y ya era difícil de destruir. Aquí evidentemente las circunstancias son distintas, porque no tengo esa posición. Hay un parapeto delante de mí, que es Unai, ‘the boss’, y eso me permite centrarme mucho más en lo que es mi día a día de trabajo, concretizar mucho más mi función, con la misma exigencia, mismos nervios, con la misma responsabilidad, porque evidentemente mi exigencia es la mayor que hay, eso no ha cambiado en nada”, añade el gaditano, que estos días de Navidad ha estado algún tiempo por su tierra.
“Yo disfruto las victorias y sufro las derrotas igual y como reto que ha sido el venir a Inglaterra, una vez que te metes en la vorágine, intentas conseguir lo máximo, pero dentro de lo deportivo. Es decir, lo que es otra serie de circunstancias que yo manejaba en Sevilla, aquí no tengo que hacerlo, y eso me permite una mayor tranquilidad. Mi posición pública es mucho menor. Aquí puedo salir a la calle sin que nadie me diga que tengo que firmar a un delantero, aunque ya va cambiando. Eso lo contaba yo hace un año, aunque ahora ya me van conociendo más... pero nada que ver con lo vivido en Sevilla, ni en Roma, donde también el nivel de exigencia en el día a día era muy grande”, concluye Monchi.
