Un torero improvisado, de 52 años y de apellido Méndez, falleció la madrugada del jueves luego de ser embestido por un toro en el redondel de Belén de Carrillo, en Guanacaste, en las corridas celebradas la noche del miércoles.
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el centro médico reportó que Méndez sufrió un trauma torácico.
El incidente quedó registrado en video, ya que la corrida fue transmitidas por televisión. El hombre se encontraba debajo de una de las barandas cuando el animal, que perseguía a otro torero improvisado, lo alcanzó y lo impactó con los cuernos en varias ocasiones.
Méndez cayó fue trasladado al centro médico, donde murió poco después.
De acuerdo con medios regionales y los comentaristas de la transmisión en vivo, el hombre había sido herido previamente por otro toro. Además, se indicó que la Fuerza Pública lo había retirado anteriormente del ruedo debido a sospechas de ebriedad, pero, presuntamente, regresó al redondel a pesar de las advertencias.
Este hecho recuerda otros incidentes similares ocurridos en eventos taurinos en años anteriores. En enero de 2023, un torero improvisado, Adrián Gómez, de 42 años, conocido en Guanacaste como “Cabrita”, falleció seis días después de ser embestido por un toro en la plaza Los Mangos durante las Fiestas Típicas Nacionales.
Gómez sufrió una grave herida en el cuello cuando el toro lo embistió mientras otro hombre lo montaba.
En febrero de 2022, William Bellorín Ortega, un experimentado montador de la agrupación Los Populares y en ocasiones de Los Cañeros, perdió la vida tras ser aplastado por el toro que montaba en las corridas de Quebrada Ganado, en Garabito, Puntarenas.
El incidente ocurrió cuando, tras varios brincos del animal, Bellorín cayó y, en un último salto del toro, este le puso una de sus patas traseras en el pecho, dejándolo inconsciente. Bellorín fue trasladado al Hospital Monseñor Sanabria, donde minutos después fue declarado muerto.
En abril de 2021, un hombre de apellidos López López falleció tras recibir la cornada de un toro en una corrida clandestina, realizada en una finca privada en la comunidad de Los Ángeles de Caoba, en La Cruz de Guanacaste.
La cornada, que le perforó el abdomen, le causó una exposición visceral que requirió su traslado urgente al Hospital Enrique Baltodano, de Liberia, donde murió horas después de su ingreso.