¿Año nuevo, vida nueva? No será tan nuevo el año que comienza si, como todos los anteriores, lo celebramos empinando el codo y apuntándonos al gimnasio. No hay nada nuevo bajo el sol porque, como dice el castizo, todo está ‘inventao’. La serpiente no cambia aunque mude la piel. Por eso no hay más novedad que la renovación. Y para que el renuevo brote en el campo es preceptivo librarse de la hojarasca, ese cúmulo de hojas marchitas que en su día fueron lozanas y que hoy no hacen más que estorbar. Entreguémonos al barbecho, a la humedad, al sol, y veremos florecer pimpollos y brotes tiernos. Nuestra cultura nos sotierra con el ramaje inútil de los tópicos, la broza...
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