El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reveló las seis principales rutas marítimas utilizadas actualmente por las organizaciones criminales para introducir droga en el territorio nacional. Todas estas provienen de Colombia y, según advirtió Randall Zúñiga, director de la Policía Judicial, en cuatro de ellas no hay presencia de agentes de este organismo.
Cuatro de los trayectos parten del Pacífico colombiano y llegan a distintos sectores de la costa: bahía Salinas, en el norte de Guanacaste; el distrito de Chomes, en Puntarenas; punta Burica, en la frontera sur, y bahía Drake, en la Península de Osa.
De estas rutas, indicó Zúñiga, solo Chomes cuenta con una delegación del OIJ “cercana”, ubicada en El Roble de Puntarenas.
A estas se suman dos vías adicionales provenientes del norte de Colombia a través del mar Caribe, con destino a Limón y las barras del Colorado, en la frontera con Nicaragua. En esta última tampoco hay presencia del OIJ.
La Policía Judicial identificó los trayectos gracias a la incautación de los rastreadores que portan las embarcaciones que intentan introducir droga al territorio nacional y son interceptadas por las autoridades en las costas. La información fue divulgada el pasado 18 de diciembre durante la presentación del informe Estado de Situación de la Criminalidad del quinquenio 2019-2024.
El director subrayó que las zonas del Pacífico norte y sur, así como las barras del Colorado, son puntos estratégicos para el desembarco de grandes cantidades de droga, pero permanecen desprotegidos. “Son los lugares que están aprovechando los grupos criminales para ir a con embarcaciones para lograr ingresar la droga al país”, detalló Zúñiga.
“OIJ no tiene presencia en la península de Osa; toda esta parte de Corcovado, de bahía Drake, no hay presencia, así de fácil. Tampoco tenemos presencia directa en la frontera norte del país; no hay una sede del OIJ en la frontera norte del país. Hay una en Liberia, pero está a hora y media de La Cruz o de Peñas Blancas”, añadió.
Esta situación, de acuerdo con Zúñiga, dificulta las labores de investigación, ya que, por ejemplo, un agente de la delegación de Liberia solo se va a trasladar hasta Peñas Blancas “cuando pueda” y si tiene algún “casito” bajo investigación. A raíz de esto, aseguró que intenta pedir “algún tipo de recurso” a la Asamblea Legislativa.
El pasado 2 de octubre, Zúñiga reconoció ante los diputados que la institución requiere de 1.200 nuevos funcionarios y solicitó a los legisladores dotar a al OIJ de más fondos para contratar, al menos, a 350 investigadores este 2025.
La Hoja Informativa de Relaciones Bilaterales de Estados Unidos con Costa Rica, emitida en setiembre por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, confirma que Costa Rica emergió como uno de los principales puntos de tránsito de cocaína desde Suramérica hacia Estados Unidos y Europa desde el 2020. Esta situación, detalla el documento, derivó en un aumento de la delincuencia y la corrupción asociada al narcotráfico.
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En el 2020, en un informe confidencial, la Administración para el Control de Drogas (DEA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) reportaron que, en un solo año, 500 toneladas de cocaína y otras 600 de marihuana ingresaron al país por el sector de Drake-Sierpe.
Los narcotraficantes logran este objetivo avanzando hasta la desembocadura del río Sierpe. Allí, ocultos entre áreas silvestres y propiedades privadas, alcanzan la carretera Interamericana Sur para iniciar la logística de exportación hacia otros países.
A pesar de ello, el Ministerio de Seguridad Pública reubicó hacia Quepos y Golfito la base de control de Guardacostas que operaba en Drake, ambos ubicados a dos horas de distancia en lancha. Esta unidad era esencial para interceptar lanchas cargadas de droga provenientes de Colombia.
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Cerca de Drake, en Sierpe, también opera un centro de combate contra el narcotráfico, donde participan efectivos de la Policía de Fronteras y del Sistema Nacional de Áreas de Conservación. Sin embargo, no hay agentes especializados de Guardacostas en la zona.
“Ya no hay nada, y cuando digo que no hay nada, ya ni tan siquiera Guardacostas está ahí”, expresó Randall Zúñiga.
A poca distancia de Drake, en Punta Burica, en la frontera con Panamá, costarricenses reciben embarcaciones cargadas de droga y las transportan hacia el norte del territorio nacional, según el OIJ. Este sector, donde en el pasado se han hallado semisumergibles empleados por organizaciones narcotraficantes para trasladar cocaína, también se encuentra desatendido.