El titular de la portada de
Mundo Deportivo de ayer –Caída libre- no podría definir mejor el fin de año que está experimentando el
Barça. Dos palabras que seguramente estaban dirigidas exclusivamente al momento deportivo, en el que las estadísticas no mienten, y han acabado por situar a
Hansi Flick como un entrenador de ensueño a coleccionar una pesadilla de números peores que los que tuvieron los dos técnicos anteriores,
Ronald Koeman y
Xavi Hernández. ¡Boom! Es como si el globo deportivo que armamos los periodistas con las exhibiciones ante el
Bayern Munich y el
Real Madrid se haya desinflado. En cuestión de meses hemos pasado del enamoramiento total a las sospechas de lo que esos mismos técnicos ya habían anunciado. Y hasta el propio entrenador alemán parece estar cambiando. Lógico. Dos derrotas consecutivas en casa, y cinco en 18 jornadas, es una suficiente dosis de mala uva que concluyen con la pérdida del año.
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