Uno de mis primeros recuerdos es un belén con tres escenas en el que mi padre trabajó varias semanas . Las luces de colores iluminaban las figuras, había un río por el que fluía agua, el portal cubierto de musgo, la estrella de papel de plata que guio a los Reyes y todo dentro de tres cajones. Me quedaba absorto mirando el nacimiento de Jesús en la oscuridad de la habitación. Siempre me ha fascinado el nacimiento de Jesús y el misterio de su naturaleza divina. Durante mi infancia, fue una presencia constante en mi vida. Le rezaba todos los días. Y le veía representado en el cordero pascual de la cúpula de la iglesia de San Nicolás de Bari...
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