El Año Nuevo es un momento de renovación, esperanza y nuevos comienzos. Se trata de una fecha cargada de simbolismo, en la que muchas personas aprovechan para dejar atrás lo viejo y abrirse a nuevas oportunidades.
Existen varias formas de canalizar las nuevas intenciones para el año venidero y recibir las nuevas energías. Entre ellas, los rituales se destacan como una de las mejores formas de hacerlo, y uno de los más populares es el de laurel y agua.
Inspirado en el Feng Shui, este ritual promete atraer abundancia, prosperidad y armonía para los meses que vienen. A continuación, te explicamos el paso a paso de cómo renovar las energías en este Año Nuevo.
El laurel no solo es un grana aliado en la cocina, sino que también tiene una larga trayectoria en el ámbito espiritual. Su presencia en rituales energéticos se remonta a civilizaciones ancestrales que aprovechaban sus propiedades medicinales, culinarias y espirituales.
Tanto para los griegos como para los romanos, el laurel era símbolo de victoria, honor y protección. Además de usarse en coronas para los campeones, esta planta ancestral también se utiliza como amuleto protector.
En el mundo espiritual, el laurel simboliza la sabiduría y el conocimiento, utilizándose en rituales energéticos como protección de las energías negativas y para atraer buena suerte.
El Feng Shui es una antigua filosofía china basada en la ocupación consciente y armoniosa del espacio, con el fin de que este logre influenciar de forma positiva sobre las personas que lo ocupan.
Según esta técnica, el agua simboliza la energía que fluye y se asocia con la confianza, el dinamismo y la inteligencia. Por otro lado, el laurel se asocia con la prosperidad y la buena suerte, lo que potencia la intención de atraer abundancia.