China se ha convertido en el principal importador de carne de burro, con una demanda que ha llevado a la exportación de este producto desde Sudamérica. Brasil y Perú son los únicos países de la región que han comenzado a abastecer este mercado, impulsados por la necesidad de satisfacer la creciente necesidad de este recurso en el gigante asiático.
La industria de la carne de burro no solo representa una oportunidad económica para estos países, sino que también plantea serias preocupaciones sobre el bienestar animal y la sostenibilidad. Un informe de The Donkey Sanctuary revela que cada año se sacrifican alrededor de 5,9 millones de burros en todo el mundo, lo que genera un impacto ambiental y social significativo.
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En Brasil, la exportación de carne de burro se basa en la captura de estos animales en su estado salvaje, en lugar de la cría. Esta práctica, que ha sido impulsada por la demanda china, permite a los involucrados reducir costos de producción.
Sin embargo, esta estrategia tiene un alto costo para la supervivencia de los burros, ya que el Gobierno brasileño firmó un acuerdo con China en 2017 que autoriza el sacrificio de estos animales sin establecer medidas adecuadas para evitar su extinción.
El 28 de junio de 2024, Perú firmó un convenio con las autoridades sanitarias de China, lo que marca un avance significativo para el sector agropecuario del país. Este acuerdo permitirá la exportación de carne de burro y sus derivados, fortaleciendo los lazos comerciales entre ambas naciones y abriendo nuevas oportunidades para los productores peruanos.
Por otro lado, la cooperación entre las autoridades sanitarias de ambos países establece un precedente positivo para fortalecer la colaboración en áreas de investigación, desarrollo tecnológico y control sanitario, aspectos fundamentales para garantizar la sostenibilidad y competitividad del sector agropecuario.
Este convenio también resalta la importancia de la diversificación económica y la búsqueda de nuevos mercados para productos menos convencionales, una estrategia clave para reducir la dependencia de exportaciones tradicionales y fomentar el crecimiento sostenible en el sector. Con esta alianza, Perú demuestra su capacidad para adaptarse a las tendencias del comercio global y aprovechar nichos de mercado con alto potencial, beneficiando tanto a los productores como a la economía nacional en su conjunto.
La escasez de burros en China ha convertido a estos animales en un recurso valioso. La carne de burro se utiliza principalmente para la producción de ejiao, un remedio tradicional que se elabora a partir de la gelatina extraída de la piel de burro. Este producto es altamente valorado por sus propiedades rejuvenecedoras y de mejora de la salud, lo que ha llevado a un aumento en la demanda internacional.
La creciente demanda de carne de burro y sus derivados ha generado un impacto significativo en las economías locales de Brasil y Perú. Sin embargo, también plantea serias preocupaciones sobre el bienestar animal. La organización Donkey Sanctuary ha alertado sobre las condiciones inhumanas en las que se encuentran muchos de estos animales, así como el impacto ambiental que genera su sacrificio masivo.