Uno de los grupos de interés que interviene de manera crucial en el compromiso de una empresa son los empleados. Por ese motivo son cada vez más las compañías que proponen a sus trabajadores la realización de un voluntariado corporativo que tenga impacto en la sociedad y a su vez trae grandes beneficios para la firma y para el grupo. «Cada vez más empresas incorporan programas de voluntariado corporativo como parte de su estrategia de responsabilidad social», afirma Xavier Gangonells, director general de la AED. «Estas iniciativas no solo generan impacto en la comunidad, sino que fortalecen el sentido de pertenencia de los empleados y contribuyen al desarrollo de competencias clave como el trabajo en equipo y la empatía», añade el responsable de la asociación. Y es una práctica a la que también se suman los directivos quienes «no solo apoyan estas iniciativas, sino que las lideran y participan activamente en ellas», resalta Gangonells. Cree que su compromiso con estas actividades envía un mensaje potente al resto de la organización: «El compromiso social no es solo una política corporativa, sino una práctica en la que toda la organización ha de implicarse». Desde AED afirman que el voluntariado corporativo beneficia tanto a la sociedad como a la empresa . «Mejora la reputación, atrae talento, incrementa el 'engagement' de los empleados y refuerza los valores corporativos», destaca su director general. Además, permite a las empresas conectarse con su entorno y generar un impacto positivo que, a largo plazo, «fortalece su sostenibilidad y competitividad». Julio Blas, profesor de OBS Business School y CEO de Echar a Rodar habla de un aumento del voluntariado corporativo especialmente en áreas como la reforestación, la limpieza de espacios públicos y la organización de eventos benéficos. «Este tipo de voluntariado ofrece beneficios tanto para las empresas como para los empleados, como el aumento del compromiso y la motivación del equipo». El docente destaca también el impacto significativo que tiene esta iniciativa en las empresas a todos los niveles, beneficiando a las comunidades además de a la propia empresa. Entre esos beneficios se encuentra el de mejorar la cultura empresarial y el compromiso de los empleados; fomentar el trabajo en equipo, incrementar la reputación de la empresa y desarrolla habilidades entre los diferentes trabajadores como el liderazgo y el trabajo en equipo. «Además de fomentar la creatividad, tiene un impacto positivo sobre la salud y el bienestar de los empleados, y además los voluntarios pueden beneficiarse de incentivos fiscales o ventajas legales», puntualiza Blas. Desde la Fundación SERES han elaborado un estudio en el que se mide desde hace una década el impacto social agregado de las empresas (Informe del Impacto Social SERES-Deloitte). «Es un documento singular que cuando nació no existían estudios de esas características. En la edición de este año refleja la tendencia de los últimos 10 años. Lo más importante es esa integración con la estrategia», resalta Ana Sainz, directora general de la Fundación SERES. «Las compañías han aportado 2,4 millones de horas de voluntariado, desde que se comenzó a recabar esta información en 2019», indica el documento. Esta participación de los empleados en este tipo de programas ha aumentado a lo largo de los años, «alcanzando al 10% de la plantilla y convirtiéndose en un referente para el diseño de las estrategias de voluntariado de las empresas», explica Ana Sainz.