El gobierno de Panamá ha reaccionado airadamente a la afirmación de Donald Trump, quien este fin de semana sugirió que EEUU debería apropiarse de nuevo del Canal de Panamá, si bien no especificó en ningún momento cómo lo haría. El presidente electo también expresó su deseo de comprar Groenlandia, argumentando razones de seguridad nacional. El Canal de Panamá fue propiedad estadounidense hasta 1990, cuando fue devuelto gracias al acuerdo firmado por el presidente estadounidense Jimmy Carter y el jefe del gobierno panameño Omar Torrijos en 1977.
Trump, quien asumirá el próximo 20 de enero su segundo mandato, se quejó este sábado de las "exorbitantes" tarifas que cobra Panamá por el paso de barcos a través de esta infraestructura estratégica y de la supuesta injerencia de China, y avisó de que "si no se respetan los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de donación, exigiremos que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad y sin cuestionamientos". El magnate confesó que "nos están estafando en el Canal de Panamá como nos están estafando en todas partes". A su juicio, esta vía interoceánica es "crucial para el comercio estadounidense y el rápido despliegue de la Marina". También denunció que las tarifas no tienen en cuenta la "extraordinaria generosidad" que tuvo Estados Unidos al cederle "tontamente" la gestión del canal. Y añadió: "Funcionarios de Panamá, les pido que se guíen en consecuencia", advirtió.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó este domingo que el "canal de Panamá y sus zonas adyacentes son de Panamá y lo seguirán siendo". También avisó a Trump de que "la soberanía e independencia" de su país "no son negociables". Mulino recordó que los Tratados Torrijos-Carter de 1977 "acordaron la disolución de la ex zona del canal reconociendo la soberanía panameña", y "establecieron la neutralidad permanente" de la vía, "garantizando su funcionamiento abierto y seguro para todas las naciones".
Por su parte, China ha reaccionado este lunes diciendo que el Canal de Panamá "es una gran creación del pueblo panameño" y que "siempre respetará" la soberanía de Panamá sobre él. La portavoz de la Cancillería china Mao Ning declaró hoy en una rueda de prensa que su país "siempre ha respetado la justa lucha del pueblo panameño por la soberanía" sobre la vía de transporte. Mao recordó que "se produjeron grandes manifestaciones a gran escala en China ya en los años 60 para mostrar un fuerte apoyo al pueblo de Panamá".
El canal de Panamá, un paso de 82 kilómetros entre los océanos Atlántico y Pacífico y por el que transita el 3 % del comercio mundial, fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999.
En el punto de mira de Trump también está Groenlandia. "Para los propósitos de la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América cree que la posesión y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta", escribió Trump en Truth Social el domingo.
El magnate ya había expresado en el pasado su interés por comprar este territorio. En realidad, Groenlandia es parte del Reino de Dinamarca -aunque no está gobernada por el país nórdico- y tiene un ejecutivo autónomo con autoridad sobre la mayoría de los asuntos internos, incluidos la educación, la atención médica, los recursos naturales y la aplicación de la ley. La capital, Nuuk, es el centro administrativo y el actual jefe del gobierno de Groenlandia es el primer ministro Múte Bourup Egede.
En 2019, durante su primera presidencia, Trump hizo una oferta a Dinamarca por Groenlandia, la mayor isla del mundo, con cuatro veces el tamaño de España, cubierta por un casquete de hielo. El motivo no es otro que poseer el control de un territorio que se está derritiendo por el cambio climático, lo que abre una ventana de oportunidades para la grandes potencias.
Groenlandia y Dinamarca aún no han respondido oficialmente a los comentarios hechos por Trump en la publicación de Truth Social.
