El presidente estadounidense, Joe Biden, conmutó este lunes las penas de 37 de los 40 condenados a muerte por la justicia federal, a menos de un mes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, anunció el mandatario saliente. Los 37 reos quedan ahora condenados a cadena perpetua "sin posibilidad de libertad condicional", precisó el demócrata Biden en el comunicado.
Biden está en contra de la pena de muerte y durante su gobierno el Departamento de Justicia emitió una moratoria sobre las ejecuciones en el sistema federal, que es distinto de las condenas emitidas por los jueces en los estados. Durante el primer gobierno de Trump, Estados Unidos suspendió una moratoria sobre las ejecuciones en la jurisdicción federal que regía desde 2003.
Entre los perdonados por Biden figuran al menos cinco asesinos de niños y de crímenes atroces. Prensa estadounidense habla de Thomas Sanders, quien en 2010 secuestró y luego disparó cuatro veces a Lexis Roberts, de 12 años, días después de que la niña viera cómo Sanders asesinaba a su madre en un viaje por carretera cerca del Gran Cañón.
“No se equivoquen", dijo Biden. "Condeno a estos asesinos, lamento a las víctimas de sus actos despreciables y me duele la vida de todas las familias que han sufrido pérdidas inimaginables e irreparables”, añadió el presidente. “Pero guiado por mi conciencia y mi experiencia como defensor público, presidente del Comité Judicial del Senado, vicepresidente y ahora presidente, estoy más convencido que nunca de que debemos detener el uso de la pena de muerte a nivel federal. En conciencia, no puedo quedarme de brazos cruzados y permitir que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve”.
El magnate republicano defendió durante su campaña para volver a la Casa Blanca el uso de la pena de muerte para castigar a migrantes que asesinen a ciudadanos estadounidenses y a traficantes de drogas y de personas.
Los tres condenados que no se beneficiaron del perdón presidencial fueron Djokhar Tsarnaev, uno de los autores del ataque contra la maratón de Boston en 2013, Dylann Roof, un supremacista blanco que mató a nueve personas negras en una iglesia de Charleston en 2015, y Robert Bowers, condenado por matar a once personas en una sinagoga de Pittsburgh en 2018.
Fuera del sistema federal, hay más de 2.000 personas en Estados Unidos que fueron condenadas en tribunales estatales y condenadas a muerte, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte . Biden no tiene poder para detener esas sentencias de muerte.