Club Ocean llega a España señalada por organizaciones ecologistas y usuarios por vender productos de Aliexpress con plusvalías del 1.000% "para salvar los océanos"
Los reyes magos ya han puesto rumbo a España y con ellos, la publicidad con opciones para regalar en navidad. Una de las novedades este año han sido los anuncios de pulseras y peluches de animales marinos que vienen con el “certificado de adopción” de una ballena, una tortuga o un tiburón real. Un documento que, supuestamente, permite seguir al animal “adoptado” y monitorear sus movimientos en el océano a lo largo del tiempo. La realidad es que trata de una práctica calificada como “estafa” por ONG y usuarios tanto en prensa como en redes sociales en otros lugares del mundo.
Este tipo de páginas se promocionan como organizaciones de apoyo a la conservación de la fauna marina y aseguran que su objetivo es proteger a las tortugas, osos polares, delfines o arrecifes de coral. Por ello, promocionan sus productos como una forma de consumo con causa y para financiar programas de investigación o limpieza de los océanos. Sin embargo, detrás de esta estrategia de marketing hay productos fabricados en China que se venden con plusvalías del 1.000% o más gracias a ese certificado de adopción y seguimiento que llevan aparejado.
Un certificado que se basa en datos científicos publicados por ONG y asociaciones científicas, usados con fines comerciales “sin permiso”. Así lo denunció a principios de 2023 Sea Turtle Conservancy, una organización de apoyo a las tortugas marinas con sede en Florida. “Empresas que operan bajo diversos nombres se anuncian en Facebook, venden productos online y utilizan ilegalmente los mapas de seguimiento de tortugas de STC como un añadido para los compradores”, avisó en un comunicado: “¡No se deje engañar ni apoye a los estafadores!”.
Tras pasar unos años anunciándose ante usuarios de EEUU y América Latina, la navidad de 2024 ha sido el pistoletazo de salida para que este tipo de páginas aparezcan en las redes españolas. La más activa es Club Ocean, que en este momento tiene hasta 77 anuncios activos en Instagram y Facebook, según la biblioteca publicitaria de Meta, cada uno con varias versiones. También ha pagado por promocionar otros 47 tuits en X desde noviembre.
“Cada Pulsera contribuye directamente a plantar coral en los arrecifes de coral del mundo”, “sigue a tu propia tortuga marina en los océanos” o “ayuda a salvar a las ballenas” son algunas de las consignas que se muestran en los anuncios. Meta no informa del dinero invertido o el número de visualizaciones conseguidas a través de sus redes al no ser publicidad política, pero los enlaces a los anuncios que proporciona X permiten comprobar que solo en esta plataforma suman más de 40 millones de impactos.
Pero la reputación de Club Ocean la precede. En muchos de sus anuncios en X los usuarios han añadido una nota de comunidad (una funcionalidad que permite aportar contexto a las publicaciones de la plataforma) para avisar que “Club Ocean es un sitio en internet que promete ayudar a la conservación de la fauna con la venta de productos a sobreprecio y sin vinculación con las organizaciones no gubernamentales que dice financiar a través de sus actividades. Estafa”.
Club Ocean asegura que destina el 50% de sus beneficios a donaciones a organizaciones ecologistas, con cuantías en torno a los 500 euros. elDiario.es se ha puesto en contacto con una decena de las asociaciones que nombra en su web. Al cierre de esta información habían contestado cuatro de ellas, que han respondido que efectivamente esas donaciones se produjeron. No obstante, todas enfatizan que se trató de donaciones puntuales realizadas de manera unilateral y no asociaciones en proyectos a largo plazo.
“Desgraciadamente, no se trata de un asunto nuevo. En efecto, Club Ocean nos hizo una donación de 500 euros, pero nunca se trató de una asociación entre nuestras organizaciones, y así se lo hicimos saber en varias ocasiones, pidiéndoles que cambiaran ciertas formulaciones ambiguas o que suprimieran ciertas fotos”, expresa Jean-Marc Gancille, uno de los responsables de Globice, una ONG de conservación de los cetáceos en la isla de Reunión y el Océano Índico.
La promesa de la marca es sencillamente falsa. No hay suficiente seguimiento a largo plazo de los animales para justificar la compra de una pulsera individual
“Esta donación se hizo hace 3 años y no debe seguir utilizándose como garantía de una actividad que consideramos muy al límite”, contuían Gancille a través de correo electrónico: “La promesa de la marca es sencillamente falsa. No hay suficiente seguimiento a largo plazo de los animales para justificar la compra de una pulsera individual”.
“Su correo electrónico es una oportunidad para escribirles de nuevo y pedirles que la retiren de su sitio web”, concluye la ONG. Es la queja de casi todas las organizaciones especializadas en este tipo de seguimiento: los mapas de rastreo no están pensados para ser una actividad comercial a largo plazo y pueden darse errores o fallos en los dispositivos de localización. En el caso de Club Ocean, Sea Turtle Observancy llegó a denunciar que la página inventaba los movimientos de los animales.
“Básicamente inventaron tortugas falsas, mapas falsos. No son reales. Nosotros lo sabemos porque vimos algunas de las imágenes usando nuestras fotos, nuestras tortugas, y nos dimos cuenta de que eran falsas. Ellos estaban mostrando tortugas siendo liberadas y moviéndose a lugares a los cuales nosotros sabemos que las tortugas realmente no se van”, avisó el año pasado su director en un artículo del medio mexicano El Economista.
Ese seguimiento individualizado de los animales, que Club Ocean vende como un proceso de “adopción” pese a que las ONG denuncien que no tiene sentido, es el valor añadido que permite a la página vender por 22,95 euros las mismas pulseras que en Aliexpress se encuentran a menos de dos euros. En el caso de los peluches, los precios suben hasta los 27,55 euros, pero en este momento la página asegura que están todos agotados.
Se trata de una situación que ha sido denunciada por muchos usuarios en los países donde Club Ocean ha centrado su publicidad hasta ahora. La empresa, que dice tener su sede oficial en Suiza, se vio obligada a contestar a través de su página web que “nunca han ocultado” que sus productos proceden del gigante asiático, pero que “en 2024 es posible tener un enfoque eco-responsable y trabajar con China”.
“El 100% de las materias primas utilizadas proceden de circuitos cortos y locales de China. Una fabricación equivalente en Europa sería menos sostenible con los diversos transportes inevitables de importación y exportación. Y además de la ecología reducida, los costes no nos permitirían ofrecer la experiencia de seguimiento, el apoyo asociativo y la sensibilización a bajo precio. Por eso preferimos minimizar nuestro impacto ecológico y maximizar el margen de donaciones”, afirman.
“Nuestro valor añadido reside en el apoyo de las asociaciones y en la experiencia de geolocalización de animales que ninguna otra marca proporciona”, defienden: “Así que NO, las pulseras de los sitios web chinos no son iguales y no participan de ninguna manera en la causa que defendemos”.
La trampa de este tipo de páginas empezó a salir a la luz a principios de 2023 con el aviso de Sea Turtle Conservancy. Entonces la ONG reveló que cada vez más personas se estaban poniendo en contacto con ellos para quejarse de que sus tortugas “adoptadas” no se movían o de que habían aparecido misteriosamente en otro océano.
“Si usted ha sido estafado, por favor NO envíe correos electrónicos ni llame a STC por no haber recibido su pedido o si tiene preguntas acerca de su tortuga. Desafortunadamente no hay nada que podamos hacer”, destacaba el comunicado.
Si usted ha sido estafado, por favor no envíe correos electrónicos ni llame a STC por no haber recibido su pedido o si tiene preguntas acerca de su tortuga. Desafortunadamente no hay nada que podamos hacer
“El mayor inconveniente para STC (aparte de tener nuestra información con derechos de autor robados) es el valioso tiempo del personal que se desperdicia respondiendo a las quejas de la gente en lugar de trabajar realmente para proteger a las tortugas marinas”, destacaba, pidiendo a los afectados que se pusieran en contacto con las organizaciones de consumidores o las redes sociales donde habían visto los anuncios.
Si Sea Turtle Conservancy ha denunciado ser la fuente de los datos de localización de las tortugas, se sospecha que otras organizaciones conservacionistas sin ánimo de lucro, como Osearch o la Polar Bear International son las que sirven de plataforma el rastreo de delfines, ballenas u osos polares de Club Ocean. Sus mapas son muy similares a los que ofrece la web.
Club Ocean afirma que las críticas de Sea Turtle Conservancy se deben a que tienen un pacto con la competencia. “Les hicimos una donación para proponerles una asociación sin saber que ya tenían un contrato con un competidor y aprovecharon la ocasión para desacreditarnos públicamente. El problema fue resuelto hace más de un año por nuestros abogados, esta asociación tiene contrato con uno de nuestros mayores competidores que intenta perjudicarnos desprestigiándonos”, asevera en un comunicado remitido a este medio. elDiario.es ha pedido las pruebas de esa aseveración, pero Club Ocean no las ha facilitado.
“En cuanto al seguimiento de animales por GPS, tenemos contratos con nuestros socios asociativos, que recogen estos datos y nos los transmiten. Estos datos son reelaborados por nuestros expertos para evitar que personas malintencionadas ataquen a los animales”, afirman sobre el rastreo de los animales. De nuevo, esta redacción ha preguntado a Club Ocean por esas asociaciones que le suministran datos, algo que todas las organizaciones contactadas niegan, pero no ha recibido respuesta.
Sobre las quejas de los usuarios sobre por qué muchos de ellos han “adoptado” y siguen al mismo animal, la página contesta que “es normal: el coste de creación y mantenimiento de una página de geolocalización de animales no puede cubrirse con el margen de una sola pulsera. Proponemos muchos seguimientos para evitar que una misma persona siga a los mismos animales, pero es posible que un mismo animal sea seguido por varias personas”.