Si bien la designación del senador Marco Rubio como nuevo secretario de Estado sugiere un reposicionamiento de América Latina en la agenda de Donald Trump, es crucial moderar las expectativas tanto en términos de posibilidades de éxito, ante las encrucijadas que emergen, como de ascenso real de la región en la política exterior de EE.UU. La última vez que un presidente estadounidense dio prelación a América Latina fue George W. Bush, a quien Chávez, Néstor Kirchner, Lula y compañía dieron un portazo en el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas de Mar del Plata, en noviembre de 2005. En esencia, tratar con los gobiernos latinoamericanos resulta más complicado que el reduccionismo de una campaña electoral. Así, la política de...
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