Vejer de la Frontera, en Cádiz, guarda entre sus pintorescas fachadas un lugar que se destaca no solo por su valor histórico, sino también por los fenómenos paranormales que lo han acompañado durante siglos: el Monasterio-Convento de San Francisco . Este convento, ha sido escenario de relatos que van más allá de la historia documentada, adentrándose en el reino de lo sobrenatural. El Monasterio-Convento de San Francisco fue construido en el siglo XVII, en una época de gran fervor religioso en España. Originalmente, fue un centro espiritual dedicado a la meditación y a la vida monástica , habitado por frailes franciscanos que dedicaban sus días al rezo y a la labor en la comunidad. La vida en el convento transcurría entre la paz y el silencio, hasta que un trágico accidente sembró la semilla de los extraños fenómenos que aún hoy se manifiestan en el edificio. La leyenda dice que uno de los frailes, ya anciano y de avanzada edad, sufrió una caída fatal mientras realizaba labores de limpieza en el pozo del patio central del convento. Nadie presenció el accidente, y fue solo por los gritos desgarradores de dolor que otros frailes acudieron al lugar para encontrar su cuerpo sin vida al pie del pozo. El fallecimiento de este fraile marcó el inicio de una serie de sucesos que desconcertaron a los religiosos y que, hasta el día de hoy, siguen sin explicación. Desde la noche de su muerte, muchos afirmaron escuchar en el silencio de la madrugada sonidos, lamentos y gemidos que parecían provenir de lo profundo del pozo o de algún lugar oculto entre las paredes del convento. Este suceso trágico no solo impactó a los frailes que residían en el convento, sino también a los habitantes del pueblo, quienes comenzaron a hablar de historias sobre la posibilidad de que el espíritu del fraile anciano permaneciera atrapado en el lugar, incapaz de hallar descanso. Pero este sería solo el primer capítulo de una larga historia de sucesos inexplicables. En 1836, con la desamortización de Mendizábal, los frailes fueron expulsados del convento , y el edificio quedó vacío y en el más absoluto abandono. Durante seis años, el convento permaneció sin ocupantes, deteriorándose poco a poco. Sin embargo, en 1842, el Ayuntamiento decidió tomar el edificio y utilizarlo como sede de dependencias municipales. En un intento por revitalizar el lugar y darle una nueva utilidad, comenzó a recibir visitas frecuentes de funcionarios y trabajadores. Pero el intento de devolverle vida al convento no duró mucho: un terrible incendio destruyó gran parte del edificio, obligando a su abandono una vez más. Aunque las causas del incendio nunca se aclararon del todo, algunos comenzaron a sospechar que los fenómenos inexplicables y la actividad paranormal en el lugar podían estar conectados con la tragedia que allí ocurrió. Tras el incendio, el convento cayó en manos privadas. Pedro del Río lo adquirió en la década de 1840, y posteriormente vendió el edificio a los hermanos Enciso, quienes llevaron a cabo una serie de reformas para transformar el convento en una hospedería . Añadieron tres plantas sobre la estructura original de la iglesia y adecuaron el espacio para recibir huéspedes de toda España, convirtiéndolo en un lugar popular entre los viajeros que buscaban hospedaje en Vejer. Sin embargo, lo que los nuevos propietarios no previeron fue que los fenómenos paranormales que habían acompañado al convento desde su construcción no desaparecieron con las renovaciones. Los empleados y huéspedes de la hospedería comenzaron a hablar de apariciones y sonidos inexplicables , lo que llevó a muchos a preguntarse si las almas de los frailes que habitaban el lugar en el pasado aún continuaban en el convento. Los empleados hablaban de presencias invisibles que hacían que las puertas se abrieran y cerraran solas, sombras que se movían en los pasillos, y susurros en habitaciones vacías. Uno de los testimonios más documentados es el de Bernabé Pineda, directivo de una conocida empresa de ingeniería , quien en la década de 1970 se hospedó en el edificio. Pineda no era una persona particularmente temerosa o supersticiosa, y consideraba las historias sobre el convento como meras leyendas sin fundamento. Sin embargo, su experiencia cambiaría su percepción para siempre. Durante su estancia, Pineda comenzó a experimentar descensos abruptos de temperatura en su habitación, a pesar de ser una cálida noche de verano. Lo que en un inicio atribuyó a una posible corriente de aire pronto se transformó en algo mucho más inquietante. Según relató, una sombra oscura emergió de la pared de la habitación y permaneció inmóvil, observándolo en silencio. Atemorizado, Pineda abandonó el convento a los pocos días, convencido de que aquello que había visto no era producto de su imaginación. Años después, en 1979, el Ayuntamiento de Vejer adquirió nuevamente el convento, con la intención de transformarlo en un hotel. Durante las obras de remodelación, los obreros realizaron un hallazgo que dejó a todos perplejos: al desmontar un muro, encontraron monedas de la época de Felipe IV y Carlos II, además de una habitación oculta que contenía un antiguo pergamino. En él, un monje llamado Fray Cristóbal confesaba haber sido, en realidad, Fray Juan del Espíritu Santo. Este descubrimiento añadió un nuevo capítulo a la historia del convento. Según el pergamino, Fray Juan, bajo el nombre falso de Cristóbal, regresó al convento después de haber huido y gastar los fondos del convento en Sevilla. Devorado por el arrepentimiento, volvió con la esperanza de redimirse, pero su pasado le alcanzó. Consumido por la culpa, terminó su vida en el mismo pozo que había sido el escenario de la tragedia original. Las experiencias paranormales en el convento no se limitan a antiguos huéspedes o visitantes ilustres. Numerosos testimonios de personas anónimas, turistas y empleados han contribuido a alimentar la leyenda del convento. Uno de estos testimonios es el de María, una joven que, al igual que otros visitantes, sintió una presencia extraña en su habitación . Durante una de sus noches allí, María asegura haber despertado de un sueño profundo con una sensación de frío extremo y la imagen de una figura oscura flotando sobre ella. Otros visitantes han hablado de sombras que recorren los pasillos y se desvanecen al girar una esquina, susurros apenas audibles, y bruscas bajadas de temperatura en habitaciones que parecen habitadas solo por lo invisible. Algunos relatan haber sentido un toque helado en el hombro, un escalofrío que recorre la columna vertebral, o haber oído pasos que les siguen en la oscuridad. La historia del Convento de San Francisco en Vejer de la Frontera continúa siendo una incógnita para quienes buscan respuestas científicas. A día de hoy, nadie ha logrado encontrar una explicación a los fenómenos que se manifiestan en este edificio. Algunos creen que la tragedia inicial y los actos de traición cometidos por Fray Juan del Espíritu Santo dejaron una huella en el lugar. Sea cual sea la verdad, el convento sigue atrayendo a quienes buscan adentrarse en el misterio y la oscuridad, a quienes desean vivir una experiencia paranormal y conocer de primera mano los secretos de uno de los lugares más enigmáticos de Vejer de la Frontera. *Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net