Hace poco más de una semana, en los días finales de la legislatura, el Ministerio de Economía y Finanzas -con reflejos tardíos, en realidad- difundió en sus redes un vídeo en el que explicaba cuánto dinero dejaría de recaudar el Estado gracias a las exoneraciones tributarias a favor de las agroexportadoras y negocios como restaurantes y hoteles. Distintos especialistas han calificado al comportamiento del Congreso como una farra fiscal. El economista y docente universitario, Luis Alberto Arias, es uno de ellos. Desde su cuenta de X ha venido difundiendo información muy precisa sobre las consecuencias que estas decisiones traen a las cuentas públicas. No es solo el Legislativo. Arias advierte que la Municipalidad de Lima con Rafael López Aliaga se encuentra decidida a endeudar a la ciudad de forma tal que no habría recursos para inversión ni servicios públicos por los siguientes ocho años.
Escribió: “Beneficios tributarios, protección a economías ilegales, protección a mafias criminales, incremento excesivo del presupuesto congresal, redes de prostitución. Todo está corrompido y podrido. ¿Se puede caer más abajo?”. Como lo pone, ya parece imposible caer más abajo, ¿cierto?
Lamentablemente siempre es posible caer más, pero lo que estamos viviendo ahora lo comparo con lo que vivíamos a finales de los ochenta. Tal vez la única diferencia -la que hoy día nos salva de muchas otras cosas- es nuestro Banco Central, autónomo. Si no lo tuviéramos podríamos estar a las puertas de elevadas tasas de inflación y caídas importantes de la producción.
¿Un Alan García I?
Yo he vivido la política económica desde inicios de los ochenta y esto me recuerda mucho a esas circunstancias.
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Desacuerdo ministerial por beneficios tributarios en ZEE Chancay
Se ha ampliado la reducción del impuesto general a las ventas a favor de restaurantes, hoteles, alojamientos turísticos. Está la amnistía tributaria que otorga beneficios a grandes contribuyentes que no declararon rentas hasta el 2022, que fue promulgada por insistencia. También la ley marco de las zonas económicas especiales privadas con régimen tributario especial y aduanero con un arancel cero en los primeros cinco años. Y se van a ver beneficios tributarios a las agroexportadoras, que vienen disfrutándolos desde hace un buen tiempo.
Varias décadas.
¿Son sectores que merecen ese tipo de ayuda?
No. Son sectores modernos, boyantes, que están haciendo utilidades y la política fiscal, tal cual los economistas la hemos aprendido, debe promover el crecimiento buscando la equidad. Esos no son sectores pobres de la economía. Tal vez en un inicio…
¿Necesitaban ayuda?
Como el agroexportador, por ejemplo, pero hoy no se justifica que el Congreso esté extendiendo en muchos casos estos beneficios, beneficiando a evasores que hoy día podrían blanquear dinero no declarado y pagar una tasa que es la tercera parte de la que todos los peruanos pagamos.
Y tampoco tendrían consecuencias legales por su evasión.
Ninguno, es un blanqueo. Pueden declarar, repatriar o no, y tener esa tasa favorable de impuesto a la renta. Hoy en día todos esos beneficios los da el Congreso. El propio ministro de Economía (José Arista) ha manifestado públicamente que no está de acuerdo, pero no puede hacer nada.
Un poco tarde la reacción, ¿no?
Si, sí. Ciertamente el ministro dijo al inicio de su gestión que este era un Gobierno débil. Fue sincero. Lo llamaron al orden y no lo ha vuelto a decir. Los hechos demuestran que este es un gobierno sumamente débil.
¿De qué dimensiones es lo que se ha llamado -usted también lo ha hecho- esta farra tributaria del Congreso?
Tenemos un punto de partida. Nosotros dejamos de recaudar 23.000 millones de soles al año, según cifras oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas, por beneficios tributarios. El conjunto de estos nuevos beneficios durante el periodo de su vigencia añade un monto similar. Solo en el caso de las agroexportadoras estamos hablando de 1,900 millones de soles por año. En 10 años son 19 mil millones.
Un montón de plata. ¿Qué se podría hacer con ese dinero?
Se podría duplicar el Programa Juntos, duplicar Pensión 65, se podría dar pensión para los más pobres, se podrían construir decenas de colegios y decenas de hospitales.
¿Por qué un Congreso otorga beneficios tributarios a sectores que no lo necesitan en vez de alentar la recaudación de dinero que se podría destinar a cosas importantes como las que ha listado?
Se trata de lobbies ilegales, de grupos de poder que influencian a determinados bancadas y no descartaría que lo que se busca es generar financiamiento para próximas campañas políticas y lograr la reelección.
Corrupción.
Corrupción, sin duda alguna.
¿Se puede seguir diciendo que la política económica la maneja el MEF o ya directamente el Congreso?
En mayo dije que la ministra de Economía era Keiko Fujimori. Hoy, ella, su bancada, lideran muchas decisiones del Congreso. En alianza con el cerronismo son los que están gobernando el país desde el Congreso.
¿Entonces la política económica parte del Congreso?
Sin duda alguna, con excepción del Banco Central.
Es un Congreso que, además, aprobó un presupuesto público para el año fiscal 2025 en el que el crecimiento del presupuesto para la función legislativa es de 31.1%. Como comparación, el crecimiento en salud y educación es del 4% cada uno. Las prioridades andan de cabeza.
Absolutamente. Allí se demuestra quién está cortando la torta y cómo, de manera grosera y exagerada, se prioriza un crecimiento de 31% para legislación. No hay ninguna justificación.
El Perú se jactaba de su fortaleza fiscal. Hoy la situación es diferente. El déficit ha crecido. ¿Estamos en camino de perder esa fortaleza o ya la perdimos?
Este año vamos a tener el déficit más elevado desde 1993, es decir el más alto de los últimos 30 años. Si nos comparamos con América Latina, el nivel de resultado de las finanzas ya no es de los mejores, sin embargo, nuestra deuda pública es baja. ¿Cómo es posible que tengamos un déficit elevado y eso todavía no se manifieste en los niveles de deuda pública? La razón es que, en los últimos dos años, nos estamos consumiendo los ahorros que acumulamos con mucho esfuerzo en la década pasada del boom de los minerales. Según cifras oficiales del Banco Central hemos usado 30 mil millones de soles, buena parte para financiar el forado de Petroperú. Yo creo que la fortaleza fiscal ya la hemos perdido. Este Gobierno está siendo irresponsable en no hacer los ajustes correspondientes. Viene pateando el problema para el futuro. Va a entregar al siguiente Gobierno…
¿Cuentas en rojo?
Cuentas en rojo, un presente griego.
¿Este es un logro de quién o quiénes? ¿De este gobierno? ¿Ya se venía generando desde antes?
Es una tendencia que se observa desde el año 2014 en adelante, cuando el boom de commodities se acabó. Se agrava a partir del año 2016 cuando el Perú entra en una crisis política.
¿La pandemia la termina de agravar?
La pandemia fue global, esta es una crisis nuestra. Y este Gobierno le dio el golpe de gracia.
No es solo el Congreso el problema. El sobreendeudamiento de la Municipalidad de Lima ha alcanzado niveles no vistos en años anteriores. ¿Cuáles son los efectos que esto puede tener sobre la gestión de la ciudad de acá en adelante?
El alcalde pretende endeudar a la ciudad por 4,000 millones de soles. El presupuesto anual de la Municipalidad de Lima es de 1,200 a 1,300 millones. Esto quiere decir que el alcalde, en su corto periodo de cuatro años, pretende endeudar al municipio en tres veces el monto de sus ingresos. Yo he demostrado con cifras que eso es absolutamente irresponsable. Solo en intereses, eso representaría más de 300 millones de soles anuales, que es el monto total de la inversión de Lima por año. Si el alcalde logra su objetivo va a dejar sin recursos para inversión y probablemente sin recursos para servicios públicos municipales a las próximas dos gestiones.
¿Sin recursos por ocho años?
Por lo menos. Es un acto irresponsable del alcalde. En la última Ley de Endeudamiento, si algo tenemos que reconocerle al ministro Arista es que sacó un artículo que ha elevado el nivel de exigencia para el municipio para el tercer tramo de la deuda, porque ya se endeudó por 2.500 millones y le faltan otros 1,500. Esperemos que no haya una respuesta del alcalde López Aliaga, que forma parte de esta alianza política en el Congreso, y se derogue.Todo es posible.
Por cierto, López Aliaga lo llamó mentiroso.
Sí, me llamó ignorante o mentiroso. Yo respondí con cifras que no era ninguna de las dos cosas. Él señala que es un banquero experimentado y creo que sí lo es, pero a favor de los bancos, porque la deuda en la que está metiendo a la Municipalidad de Lima haría muy felices a muchos bancos. Está pensando más en su candidatura presidencial. Creo que ese es su objetivo y por eso endeuda a la ciudad y nos habla de muchas obras, que ojalá se concreten. Acabamos de ver lo que ha pasado en el puente Armendáriz, que es una obra de un político de su partido. Esperemos que no vaya a pasar eso con las obras que está prometiendo. Habla de una vida expresa que no es y expresa. Arrasó con lo que había allí y ahora nos habla que va a ser una pista.
Y están lo de los trenes, algo que usted ha cuestionado.
Es que son trenes con cuarenta años de antigüedad que contaminan porque son a diesel y, lo más importante, no hay un proyecto. Hay solo trenes, pero no hay vía, no hay intercambios viales, no hay contrato.
¿De qué nivel es la crisis económica?
Este año el Perú ha crecido. Salimos de una recesión, ciertamente. La proyección es de 3.2%. Es insuficiente. Es verdad que este año estamos creciendo un poco más que Chile, Colombia y México, pero también es verdad que ninguno de esos tres países tuvo recesión el año pasado. Si miramos el año pre-pandemia, estamos creciendo menos que Colombia y Chile. Estamos con un crecimiento mediocre y que no es sostenible por la situación de las finanzas públicas, que es el principal riesgo que hoy día tenemos, con altos niveles de pobreza y brechas de infraestructura y sociales que no hemos cerrado.
Ha acusado a la DBA de buscar polarizar. Sostiene que hay una tercera vía. ¿Cuál es? ¿El Partido Morado, donde usted milita?
Un gran partido de centro es lo que necesita el país.
¿Hay espacio para el centro en este país?
Sí lo hay. Hay un espacio para la gente que quiere soluciones sensatas, para la gente que quiere un espacio que combine el crecimiento con la solución de los principales problemas sociales del país. Me refiero específicamente a una pensión para los más pobres, a solucionar los problemas de infraestructura en colegios, a un sistema de salud que funcione y a servicios de agua y electricidad para los más pobres. Todo eso el crecimiento en las décadas pasadas no lo ha podido solucionar.
¿Qué son soluciones sensatas?
Las que acabo de señalar: cerrar las brechas sociales.
Eso lo dicen todos.
Si, lo dicen todos, pero nadie dice cómo se hace. No se puede solucionar con una presión tributaria del 14% y acá volvemos al tema de los privilegios. Necesitamos un Gobierno que promueva y logre un Estado sin corrupción, moderno, descentralizado, que elimine privilegios tributarios, que recorte el gasto administrativo, que recorte el gasto improductivo. Tenemos muchos ministerios. Requerimos un Estado que ponga la cancha plana para todos. Solo así vamos a poder conseguir los recursos necesarios.
¿Qué ministerios le parecen prescindibles?
El Perú tiene diecinueve, contando la Presidencia del Consejo de Ministros. Si uno revisa modelos exitosos, son catorce o quince. Yo propondría tener un Ministerio de Hacienda o Finanzas fuerte, que se encargue del presupuesto, de las cifras macroeconómicas, y un Ministerio de Economía fuerte. No podemos tener Ministerio de Turismo, Ministerio de Comercio, Ministerio de Producción. Son demasiados ministerios sectoriales, cada quien pateando para su propio campo. Tampoco tiene sentido que haya diecinueve ministerios haciendo compras, la mayor parte de ellas, corruptas. Lo que hace sentido es que tengamos una sola agencia de compras que funcione como el Banco Central de Reserva, por meritocracia. Así eliminaríamos buena parte de la corrupción.
¿El Congreso quiere sacar de carrera a Francisco Sagasti? En una eventual carrera presidencial, quiero decir.
Sí, le han iniciado un proceso totalmente injusto, totalmente politizado. Esperemos que no se concrete. Francisco Sagasti es el único presidente vivo que no está acusado de corrupción.
En el Partido Morado, del que usted forma parte del Comité Política y del Comité Ejecutivo Nacional, ¿quieren convencerlo de postular? Yo conversé con él hace unas semanas y declaró que no lo haría básicamente por un tema de edad.
Sagasti es un activo para el partido y para el país. Es un presidente exitoso tal cual lo fue Valentín Paniagua en el Gobierno de transición. Para nosotros sería valioso que él cambiase de opinión y se anime a postular a la presidencia.
Lo quieren convencer, entonces.
Evidentemente que sí.
Podemos discutir qué es exitoso. En todo caso, parece que para tener una presidencia razonablemente limpia en este país se necesitan periodos cortos.
Es lo que la evidencia pasada nos ha mostrado. Es lo que en el futuro debería cambiar.