Según el Cermi, de los 10.000 ascensores averiados por la riada en la provincia de Valencia siguen sin estar operativos unos 6.500, afectando a personas con movilidad reducida y personas mayores dependientes: "Mi marido aún no ha podido salir de casa, tuvo un ictus y es dependiente"
La limpieza de garajes y ascensores tras la DANA de València empieza con cuentagotas: “Llevo un mes sin poder salir de casa”
Casi dos meses después de la trágica DANA que el pasado 29 de octubre causó 223 fallecidos, miles de personas siguen sin poder salir de sus casas al tener algún grado de dependencia y permanecer averiados los ascensores de sus edificios.
El Ayuntamiento de Paiporta puso recientemente en el foco este problema en una reunión que mantuvo con la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en un encuentro clave para abordar las medidas necesarias para la recuperación del tejido económico y empresarial tras los graves efectos de la riada.
El primer teniente de alcalde, Vicent Ciscar, destacó durante su intervención que uno de las problemáticas más urgentes tras la DANA que afecta a las personas más vulnerables, el colapso de numerosos ascensores debido a la inundación de garajes y equipos. Solo en Paiporta, se estima que alrededor de 350 garajes permanecen inutilizados, afectando a unas 2.000 personas con movilidad reducida, lo que dificulta gravemente su autonomía.
Ciscar reclamó celeridad al Consorcio de Compensación de Seguros y a las aseguradoras para agilizar los pagos de las indemnizaciones y permitir que las comunidades de vecinos puedan iniciar cuanto antes las reparaciones necesarias. “No podemos permitir que tantas personas sigan sin poder salir de sus casas de manera autónoma durante meses. Es imprescindible que el Consorcio adelante el dinero necesario para cubrir el 100% de las indemnizaciones de forma urgente y que las comunidades puedan asumir los pagos iniciales y acelerar los trabajos de reparación”, ha señalado.
En este sentido, el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) Luis Vaño, ha comentado que según las estimaciones que manejan, de los 10.000 ascensores averiados por la riada en la provincia de Valencia siguen sin estar operativos unos 6.500, afectando a personas con movilidad reducida y personas mayores dependientes: “Aunque no dejan de ser estimaciones, podemos estar hablando de que unas 5.000 personas con algún tipo de discapacidad, dependencia o movilidad reducida pueden estar viéndose afectados por seguir sin ascensores y, por lo tanto, sin poder salir de sus casas con plena autonomía”.
Este es el caso de Antonio Gamón, de 61 años, quien reside en la calle del Rector Joaquim Escrivá i Peiró de Catarroja y que hace un mes ya denunció su caso en elDiario.es: “La situación no ha cambiado. Es cierto que al menos tanto la UME como los bomberos han limpiado ya de lodos el garaje, pero el ascensor sigue sin funcionar porque el seguro aún no ha pagado y el coste es de unos 22.000 euros que quizás nos toque adelantar para agilizar los trámites. Al final te lo tienes que tomar con humor porque si no acabaría con depresión, esto parece una condena”.
En el piso de arriba de Antonio vive Emilia Lozano con su marido Adolfo Peluso, ambos de 85 años. Lozano explica que su marido sufrió un ictus y que desde entonces tiene el grado 3 de dependencia. Necesita la ayuda de un carrito para andar y si sale de casa utiliza una silla de ruedas. Según cuenta, su marido se salvó por poco el día de la DANA, puesto que “lo trajeron del centro de día unos minutos antes de que todo se inundara”. Los médicos recomendaron a su esposo andar “para que no se le atrofien los músculos, por eso todos los días le hago que ande por casa”, puesto que no pueden salir a la calle.
“El problema es que los familiares de las personas dependientes o con movilidad reducida tampoco podemos salir mucho. Yo no puedo dejar solo mucho tiempo a mi marido, salgo lo justo a comprar comida y cosas básicas y mientras le dejo con el botón rojo por si pasa algo. Dentro de todo lo que ha pasado no nos podemos quejar, pero si se pudiera acelerar la reparación del ascensor sería el mejor regalo”, dice Emilia.