Por primera vez desde que Joe Biden asumió la presidencia en enero de 2021, los cruces de inmigrantes en la frontera de EE. UU. y México cayeron por debajo de los 100,000 en noviembre de 2024. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), se registraron 94,190 encuentros, una cifra significativamente menor a los 301,981 alcanzados en diciembre de 2023, cuando la crisis fronteriza se encontraba en su punto más alto.
Este descenso coincide con las restricciones implementadas por Biden en junio, que limitaron severamente el acceso al asilo en EE. UU. Además, la promesa del presidente electo Donald Trump de imponer políticas migratorias aún más estrictas parece estar influyendo en los flujos migratorios. Según expertos, este "efecto Trump" podría estar desalentando a los inmigrantes de intentar cruzar la frontera ilegalmente, ante el temor de enfrentar deportaciones inmediatas.
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En noviembre de 2024, la CBP reportó 94,190 encuentros, marcando un hito en la disminución de cruces ilegales. Entre estos, 46,610 personas fueron detenidas en cruces no autorizados, lo que representa una reducción del 76% en comparación con el mismo período del año anterior.
En los puertos de entrada oficiales, 47,578 inmigrantes buscaron ingresar al país legalmente, un cambio significativo que podría ser el primero en años donde las entradas legales superan a las ilegales. Este fenómeno se atribuye al programa de visas temporales conocido como CHNV, que ha permitido a más de 530,000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela ingresar legalmente al país desde su implementación.
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Las políticas migratorias de Joe Biden dieron un giro en junio de 2024, con la implementación de una orden ejecutiva que restringió drásticamente el acceso al asilo. Estas medidas llevaron a una disminución del 98% en los cruces ilegales de personas provenientes de los países beneficiados por el programa CHNV.
Además, la administración de Biden intensificó las deportaciones, con más de 740 vuelos realizados a 160 países desde la implementación de las restricciones. Según Troy A. Miller, alto funcionario de la CBP, estas medidas, junto con la colaboración con México y países centroamericanos, han tenido un impacto "sostenido y significativo" en la reducción de cruces.
Sin embargo, analistas como Adam Isacson, de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), critican la forma en que el gobierno ha manejado la narrativa sobre estos logros. Isacson afirma que el gobierno de Biden "estropeó tan estrepitosamente su trabajo de contar su propia historia", dejando espacio para que los republicanos como Trump capitalicen políticamente sobre el tema.
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Donald Trump, quien asumirá la presidencia en enero de 2025, ha prometido desmantelar varios programas clave implementados por Biden, como el CBP One y el CHNV. Estos programas, diseñados para facilitar la entrada legal de inmigrantes y reducir los cruces ilegales, podrían ser eliminados en favor de políticas más restrictivas.
Trump también ha anunciado que pondrá fin a la aplicación CBP One, que actualmente permite a los migrantes programar citas para solicitar asilo. Además, con la posible designación de Tom Homan como "zar de la frontera", se espera un enfoque más agresivo en la aplicación de las leyes de inmigración.
Sin embargo, expertos advierten que estas medidas podrían provocar un aumento en los cruces ilegales si los migrantes perciben que sus oportunidades de ingresar legalmente al país están disminuyendo. Según Eric Ruark, de NumbersUSA, los cárteles que controlan las rutas migratorias "responden a las realidades sobre el terreno, no a la retórica que sale de Washington, DC."
