El Megapuerto de Chancay, inaugurado el 14 de noviembre de 2024, se perfila como un hito en las relaciones comerciales entre Perú y China. Este ambicioso proyecto, que cuenta con una inversión inicial de 1.300 millones de dólares, busca consolidarse como un nexo estratégico en el comercio entre ambos países, facilitando el intercambio de productos y reduciendo costos logísticos.
Aunque las operaciones regulares del puerto comenzarán el próximo año, ya se han realizado envíos significativos que destacan su potencial para transformar el comercio marítimo en la región. Con la capacidad de reducir a 23 días el tiempo de transporte marítimo entre Perú y China, el Megapuerto de Chancay promete no solo optimizar la logística, sino también fortalecer las relaciones comerciales entre ambas naciones.
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En ese sentido, el primer envío de productos peruanos desde el Megapuerto de Chancay incluye más de 20.000 toneladas de frutas, como arándanos, aguacates, uvas y mangos. Este cargamento inaugural representa un avance significativo en la exportación directa al mercado asiático, con el buque programado para llegar al puerto de Yangshan tras completar los procedimientos aduaneros.
Según el diario oficial Global Times, se espera que este primer envío llegue a Shanghái a partir del miércoles, aunque la fecha exacta no ha sido especificada. Este acontecimiento marca el inicio de un flujo comercial más eficiente y competitivo entre Perú y China, abriendo nuevas oportunidades para los productos peruanos en el mercado asiático.
La inauguración del Megapuerto de Chancay también tiene implicaciones significativas para el mercado peruano. Javier Guembes, gerente general de Dinámica Costera, señala que la disminución en los costos logísticos podría traducirse en una mayor disponibilidad de productos chinos a precios más competitivos. Entre los bienes que se beneficiarían se encuentran los dispositivos tecnológicos, que podrían ofrecerse a precios más accesibles para los consumidores locales.
Guembes afirma que "no solamente habría productos provenientes de China más baratos, sino que también habría una mayor oferta de bienes tecnológicos con la entrada en operación del puerto". Esto sugiere que el mercado peruano podría diversificarse, especialmente en dispositivos electrónicos, telecomunicaciones y vehículos, que llegarían en mayores volúmenes y a precios más competitivos.
El Megapuerto de Chancay no solo se limita a facilitar la importación de productos chinos, sino que también se proyecta como un centro de ensamblaje para vehículos eléctricos. Guembes destaca que "tenemos una cierta cantidad de productos chinos que se manejan con la visión de que sean económicos", pero también enfatiza la alta tecnología de China, lo que abre la puerta a una diversificación importante en el mercado peruano.
Con la entrada en operación del puerto, se espera que más productos tecnológicos lleguen a Perú, lo que podría cambiar la dinámica del mercado local. "Es cuestión ahora de mover un poco el mercado para ver dónde se ubicarían estos productos", concluye Guembes, sugiriendo que el Megapuerto de Chancay podría ser un catalizador para un comercio más dinámico y competitivo entre Perú y China.
