Kojima-ajino, Japón. Son como un antídoto a la moda rápida: los jeans japoneses están teñidos a mano con índigo natural y tejidos en telares de época, para ser vendidos luego con un precio elevado a una clientela selecta.
En la pequeña fábrica de Momotaro Jeans, en el sudoeste de Japón, estos pantalones están hechos para ser usados durante décadas, y vienen con una garantía de reparación de por vida.
Yoshiharu Okamoto sumerge lentamente los hilos de algodón en un recipiente de líquido azul que mancha sus manos y uñas al repetir el proceso.
El algodón es importado de Zimbabue pero el índigo natural es cosechado en Japón, con un color más rico que las imitaciones sintéticas, según Okamoto.
Dice que es un método “largo y costoso”, que fue utilizado para teñir quimonos en el período Edo, del siglo XVII al XIX.
Momotaro Jeans fue creada en 2006 por Japan Blue, uno de los pocos productores de pantalones tejanos en la localidad costera de Kojima, conocida por su calidad artesanal.
“Somos muy estrictos con todos los aspectos de la fabricación”, asegura a AFP el presidente de Japan Blue, Masataka Suzuki.
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Eso incluye “la calidad de la costura y del tinte”, lo que hace que sea indispensable trabajar con los artesanos locales.
Estas técnicas no son baratas. La gama más básica de Momotaro Jeans se vende en unos 30.000 yenes ($200), y unos mezclados con seda valen el doble.
El producto más caro de la marca, tejido a mano en una máquina de madera, tiene un precio de más de 200.000 yenes (más de $1.270).
El interés en Japan Blue está creciendo entre los compradores en el exterior, como ocurrió con marcas populares de jeans de lujo, como Evisu, de Osaka, y Sugar Cane, de Tokio.
La exportación representa ahora 40% de las ventas, y la empresa abrió recientemente su sexta tienda en Kioto, dirigida a los turistas de alto poder adquisitivo.
Kojima tiene una larga tradición de algodón y textiles, y sus telas son usadas por marcas internacionales de lujo.
El mercado de los jeans japoneses “ha crecido en los últimos 10 a 15 años”, indica Michael Pendlebury, que gestiona una tienda de arreglo de ropa en Reino Unido llamada The Denim Doctor.
Sin embargo, “no son asequibles para la mayoría” y más bien tienen una reputación de “nicho”, según Pendlebury.
“Marcas masivas de jeans como Levis, Diesel y Wrangler son las más grandes y usadas, pero la calidad más alta es japonesa, en mi opinión”, comenta el sastre.
También podrían impulsar las ventas de los jeans japoneses la debilidad del yen y el auge turístico, añade.
El nombre de Momotaro Jeans es un homenaje a un héroe folclórico de Okayama, donde está situada Kojima. Las máquinas usadas en su producción son antiguas y lentas.
A menudo presentan desperfectos y los únicos que saben repararlas son personas de 70 años o más, según Shigeru Uchida, un artesano tejedor de 78 años.
La marca utiliza un puñado de telares de lanzadera fabricados en los años 1980.
“Quedan unos pocos en Japón” porque ya no se fabrican, indica Uchida. Pese a la complejidad, considera que la tela hace que valga la pena.
“La textura es muy suave al tacto, y cuando se producen los vaqueros, son muy duraderos”, asegura Uchida.
Suzuki dice que Momotaro Jeans es una opción “sostenible” porque “no importa cuándo nos lo traigan, nos hacemos responsables de repararlo”. “Queremos preservar esta marca hasta donde sea posible”.