La alcaldesa de Sarapiquí, Vanessa Rodríguez asegura que el cantón enfrenta, desde hace tres meses, una ola de robo de vehículos y asaltos y urge el respaldo del Ministerio de Seguridad Pública para enfrentar este problema.
Aunque no brindó cifras, aseguró que el fenómeno ocurre principalmente en el distrito de Horquetas, en comunidades como Río Frío, Cubujuquí, Colonia Villalobos, Finca Zona Once, La Chávez y otras. Al parecer, los delincuentes operan principalmente durante la noche y la madrugada, aunque ocasionalmente lo hacen de día.
En declaraciones a La Nación, Rodríguez indicó que los delincuentes ingresan a las viviendas, donde a veces amordazan y asaltan a las personas para robar vehículos familiares y de carga liviana.
A veces los delincuentes se hacen pasar por vendedores que llegan a las casas y, al abrir los propietarios, aprovechan para irrumpir en las viviendas. En otros casos, interceptan a conductores estacionados a la orilla de la carretera y, mediante amenazas con armas, realizan “bajonazos” para sustraer los vehículos.
El Concejo Municipal aprobó el lunes una moción para pedir ayuda al Ministerio de Seguridad, con el fin de aumentar la presencia policial en los puntos de ingreso y salida del cantón. Sarapiquí, el cantón más extenso de Heredia, limita al norte con Nicaragua por el río San Juan, al oeste con la provincia de Alajuela y al este con Limón.
Según Rodríguez, la moción del concejo también solicita al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ejecutar operativos con base en las denuncias existentes para desarticular bandas dedicadas a esos ilícitos.
La alcaldesa señaló que los oficiales de la Fuerza Pública local requieren con urgencia más patrullas, radios de comunicación y personal policial adicional para destinarlo a puntos estratégicos que permitan combatir la delincuencia. Además, afirmó que, más allá de la afectación al comercio, finqueros y al sector turismo, las familias enfrentan graves consecuencias emocionales y económicas, por lo que solicitó refuerzos policiales de manera inmediata.
El aumento en la criminalidad podría estar relacionado con actividades del narcotráfico, ejecutadas por bandas que en su mayoría extienden sus dominios desde otras regiones hacia Sarapiquí, un cantón con 90.000 habitantes distribuidos en 2.140 kilómetros cuadrados.
Sarapiquí registra este año 13 de los 38 asesinatos que han ocurrido en Heredia hasta el 17 de diciembre. Es el segundo cantón herediano con más homicidios, solo superado por la cabecera provincial, que contabiliza 18 casos.
Una de las acciones que el municipio impulsa a mediano plazo es la operación de un centro de monitoreo y videoprotección. Además de una partida municipal de ¢60 millones para el alquiler de cámaras de seguridad, el proyecto cuenta con el respaldo de la embajada de Estados Unidos.
Al Ministerio de Seguridad se le solicita aportar personal especializado que administre el centro de monitoreo, cuya edificación ya está lista. La embajada contribuirá con mobiliario, software y licencias necesarias para su operación.
El plan consiste en alquilar inicialmente 70 cámaras mediante un convenio que garantiza la reparación en menos de 24 horas en caso de averías o daños. A futuro, se espera ampliar la capacidad para instalar más cámaras, ya que el equipo proporcionado por la embajada permite esa posibilidad.
El municipio coordinará con comercios y propietarios de fincas para que adquieran cámaras adicionales con especificaciones técnicas compatibles con el sistema de vigilancia, dijo Rodríguez. Se espera que este sistema entre en funcionamiento a más tardar en marzo del próximo año, ya que el local cuenta con un sistema eléctrico renovado, puntos de red y algunos equipos tecnológicos.
Las cámaras se instalarán en carreteras, parques, centros comerciales y puntos turísticos con el objetivo de combatir delitos como los asaltos y los robos de ganado, que son algunos de los problemas que más afectan al cantón.
El año pasado, Sarapiquí registró 52 de las 60 denuncias por robo de ganado que recibió el OIJ en Heredia. Los incidentes ocurrieron principalmente en Puerto Viejo y Horquetas. Aunque este delito ha disminuido, sigue siendo un problema recurrente en el cantón.