Vinos blancos, tintos, espumosos o rosados, ginebras pero también otras bebidas fermentadas para acompañar al consumidor que prefiere alternativas sin alcohol
Diez platos resultones y sin florituras para un menú festivo
Sin duda has pensado ya en los menús de las fiestas y empiezas a darle vueltas a los vinos, cervezas y bebidas que te acompañarán en cada una de las citas. Y aunque tradicionalmente no podíamos separar comidas festivas y alcohol, empieza a abrirse paso otra tendencia en los consumidores que apunta a bebidas con menos grados, e incluso sin alcohol.
Según el estudio lanzado a mediados de este año por la consultora IWSR, experta en análisis para la industria de bebidas alcohólicas, en 2023, uno de cada dos bebedores de vino afirmaba que estaba moderando activamente su consumo de alcohol. Los patrones de consumo y los estilos de vida están cambiando y los consumidores están cada vez más interesados en la moderación como opción de estilo de vida de salud y bienestar. Además, hay una mayor tendencia a socializar sin alcohol.
Esta tendencia en alza está moviendo el mercado y cada vez hay más propuestas para acompañar nuestras fiestas, comidas y celebraciones con bebidas sin alcohol. Hablamos por supuesto de la cerveza que se adelantó hace más de cuarenta años a este mercado y hoy está totalmente consolidada, pero también de vinos, vermuts y espirituosos como ginebras o whiskys desalcoholizados.
Aún hay más, ya que siguiendo estas nuevas tendencias un buen número de restaurantes con estrellas Michelin proponen opciones de maridaje con otro tipo de bebidas como los fermentados sin alcohol o con muy baja graduación. Entre ellos esta Oba, el gastronómico de los jóvenes chefs Javier Sanz y Juan Sahuquillo en Casas Ibáñez (Albacete), que propone una armonización basada en los fermentados que ellos mismos elaboran: vermut de bayas dulces, hidromiel de hierbas, soda de frutos silvestres, bitter de limón oxidado, o Pét-Nat de flores.
La oferta de estas bebidas de baja graduación o desalcoholizadas son cada vez más amplias y van a seguir creciendo para adaptarse a los nuevos patrones de consumo y aprovechar este nicho. En una comunicación de mayo de este año, la Comisión Europea apuntaba que en los próximos años se podrían producir en Europa unos 42 millones de litros de bebidas desalcoholizadas cada año, con el fin de posicionarse en un mercado en el que países como Nueva Zelanda y Australia ya están invirtiendo fuertemente.
Te descubrimos diez propuestas para acompañar las celebraciones:
Win es la marca de Bodegas Familiares Matarromera para vinos bajos en calorías y con baja graduación.
Tiene ya siete opciones en el mercado y entre ellas está un varietal de tempranillo. Según la bodega es el único tinto sin alcohol elaborado con uvas de la variedad tempranillo con un envejecimiento de 12 meses en barrica.
Su ficha dice que tiene aromas a frutas rojas y toques a torrefactos y regaliz y que en boca está equilibrado.
Con él puedes acompañar estos platos de carne que suelen estar en las mesas de las celebraciones.
También Bodegas Torres se ha lanzado a los vinos desalcoholizados. Ya tiene cuatro opciones, entre ellas este blanco, elaborado con moscatel de Alejandría, una variedad de uva que se revela atractiva para los que optan por bebidas sin alcohol.
En este caso, la propuesta con aromas florales y a frutas blancas, se muestra fresco y será ideal para que acompañes los aperitivos o los pescados de los días festivos.
También la familia Juan Gil se ha propuesto ofrecer una alternativa a los que prefieren no beber alcohol o no pueden hacerlo por distintas cuestiones.
Así ha lanzado su gama Disfrutand0.0 entre los que destacada este rosado, un coupage de tempranillo y syrah del cual la propia bodega dice que es ligero, con aromas intensos a grosellas y fresas ácidas. Refrescante y elegante, va muy bien para acompañar esa tabla de quesos con la que abrir boca.
Este vino sin una gota de alcohol proviene de las bodegas Aroa ubicada en Navarra. Un tinto ligero, sin crianza, de garnacha tinta que conserva aromas a cereza y toques especiados y buena estructura en boca.
Puedes sorprender si lo ofreces con alguno de los asados de carne o incluso con un pescado algo más graso.
Esta bodega, una de las más antiguas en la elaboración de txakoli, elabora este blanco con la uva por excelencia para este vino, la hondarrabi zuri.
Presenta el color amarillo verdoso de estos vinos, con aromas cítricos. Es fresco y herbal.
Perfecto para acompañar ese bacalao al pil-pil que tanto nos gusta cocinar cuando estamos todos. También para los aperitivos y las carnes de ave blancas.
Por supuesto tenemos alternativas sin alcohol para brindar en los postres o para celebrar el año nuevo. Las principales marcas han lanzado vinos espumosos.
Destacamos este de Codorniu que está elaborado con la variedad airén. Tiene una fina burbuja aromas a frutas tropicales, se sirve también bien frío como cualquier espumoso y con los aperitivos, mariscos, pescados, y postres.
Este tinto, elaborado por la bodega toledana Más que Vinos y desalcoholizado en colaboración con Kolonne Null, obtuvo una medalla de plata en el certamen Mundus Vino, porque también las grandes ferias y concursos, conscientes del avance de estos vinos sin alcohol, los están incluyendo en sus catas y premios. Es un ensamblaje de tempranillo y garnacha, con paso por cemento durante seis meses.
El resultado, según la bodega, es un vino con notas de pimientas y frutas negras que acompaña muy bien los arroces y las pastas como canelones de Navidad.
Muchos restaurantes con Estrella ya maridan con fermentados y entre ellos suele estar la Kombucha. En el mercado ya hay una oferta nada desdeñable de estas bebidas procedentes del té endulzado fermentado por la acción varios microorganismos.
Traemos una de la amplia gama que ofrece la marca Soul K, completamente naturales y sin filtrar. Esta procede de la fermentación de una mezcla de té blanco y verde ecológicos. En la segunda fermentación se añade el zumo recién extraído, por presión en frío, de las raíces frescas de jengibre y cúrcuma de producción ecológica.
En los restaurantes están presentando estas bebidas como un maridaje con distintos tipos de plato, esta en concreto va bien con mariscos, aves blancas y pescados.
Otro fermentado que ofrece posibilidades de maridajes es la sidra de pera, una bebida tradicional francesa, baja en alcohol, entre dos y cuarto grados, y que también se está elaborando en el norte de España.
Esta concretamente procede de Normandía, tiene como materia prima distintas variedades de pera y presenta una burbuja muy fina y muy fresca. Te acompañará muy bien para una tabla de quesos o para los postres.
Esta es una ginebra distinta y no solo porque no tiene alcohol, sino porque está hecha con guisantes y heno de cosecha propia y hierbas aromáticas tradicionales de la campiña inglesa y permite elaborar gin-tonics y otros cócteles.
No tiene alcohol ni calorías, sin azúcar ni edulcorantes artificiales.