Que no les engañen: la relación de Adolf Hitler con España no se limitó a una guerra civil y a un gracias de Francisco Franco en forma de División Azul. Ambas dictaduras se repartieron caricias durante y después del conflicto peninsular. El 'Führer', de hecho, admitió sentir cierta devoción por algunos de los jerarcas hispanos y recibió a dos de ellos en la Cancillería del Tercer Reich. El primero, José Moscardó, al que consideraba la primera línea de defensa contra el comunismo al haber resistido el envite republicano en el Alcázar de Toledo. Y el segundo, Gonzalo Queipo de Llano, un cruel genio de las ondas en el que vio a un adelantado de la propaganda. Hoy, contamos sus historias....
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