El Congreso de los Estados Unidos tendrá que llegar a un acuerdo hoy para mantener abierto el gobierno después de que la Cámara de Representantes rechazara la última versión de un presupuesto que contaba con el apoyo de Donald Trump.
La votación de 174 a 235 a última hora de ayer lleva al límite la aprobación del presupuesto. De fracasar el acuerdo, el gasto público se ampliaría hasta el 14 de marzo y se suspenderían los límites de la deuda federal durante dos años, una prioridad para el presidente electo.
El intento de última hora por llegar a un acuerdo se produce después de que un proyecto de ley bipartidista anterior no saliera adelante por las críticas de Trump y su asesor Elon Musk, CEO de Tesla.
Después de la votación, Trump reiteró su exigencia de un proyecto de ley de gasto que elimine el techo de deuda, que restringe cuánto puede pedir prestado el Gobierno. "El Congreso debe deshacerse de, o ampliar hasta 2029, el ridículo techo de la deuda. Sin esto, nunca deberíamos llegar a un acuerdo", escribió en Truth Social.
La Cámara de Representantes y el Senado deberán intentar aprobar un proyecto de ley con el fin de que el presidente Joe Biden llegue a tiempo para evitar un cierre del gobierno, después del fracaso de las negociaciones el jueves por la noche.
"Encontraremos otra solución, así que estad atentos", declaró el presidente republicano Mike Johnson a los periodistas después de la votación. El proyecto de ley del jueves quedó muy lejos de la mayoría de dos tercios necesaria para aprobarse. De hecho, 38 republicanos votaron en contra de la medida.
Mike Johnson
Trump había instado a los republicanos y demócratas a votar a favor del proyecto de ley. "¡ÉXITO en Washington!", publicó en Truth Social.
Los demócratas arremetieron contra la propuesta, y el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, la calificó de "poco seria".
Un cierre paralizaría algunos programas federales y se suspendería el salario a algunos empleados públicos, incluido el personal militar.
Musk había presionado primero a Johnson y a los republicanos en una serie de publicaciones en X el miércoles, calificando el proyecto de ley bipartidista inicial de 1500 páginas como "terrible" e inflado de gastos innecesarios.
Trump puso en aprietos a los republicanos de la Cámara de Representantes cuando se mostró en contra de ese proyecto de ley, en gran parte porque no elevaba también el techo de la deuda pública.
El primer proyecto de ley de tres meses se había consensuado entre los líderes republicanos y demócratas del Congreso. Habría mantenido el nivel actual de gasto hasta el 14 de marzo y destinado miles de millones de dólares a los agricultores y a ayudas para catástrofes. Para entonces, los republicanos tendrán el control del Congreso y de la Casa Blanca.
También contenía disposiciones como un aumento de sueldo para los miembros del Congreso, restricciones a la inversión tecnológica en China y una solución más fácil para que el equipo de fútbol americano Washington Commanders traslade su estadio del estado de Maryland a la ciudad de Washington.
Pero el proyecto de ley inicial no tocaba el límite de la deuda, que se esperaba que expirara en los primeros meses del segundo mandato de Trump.
Trump calificó el proyecto de "trampa demócrata" y amenazó a los miembros republicanos con presentar oponentes en las primarias contra ellos en las próximas elecciones si votaban para apoyar una medida de gasto a corto plazo sin elevar el techo de la deuda.
La crisis también ha puesto en duda el liderazgo de Johnson y miembros de la extrema derecha como Marjorie Taylor Greene piensan que Musk podría sustituirlo como presidente de la Cámara de Representantes.
El techo de la deuda es un problema perenne para los legisladores, que el año pasado llegaron a un acuerdo para suspender el límite de endeudamiento hasta el 1 de enero.
Para endeudarse más allá de ese límite, el Departamento del Tesoro puede usar lo que llama "medidas extraordinarias" para cubrir nuevos gastos sin superar el límite.
Esto puede dar tiempo al gobierno antes de tener que preocuparse por un posible incumplimiento, un resultado desastroso para la economía y el sistema financiero más grande del mundo.
