Jeran Campanella, uno de los defensores más reconocidos de la teoría de la Tierra plana, ha sorprendido a sus seguidores al admitir su error tras un costoso viaje a la Antártida. Con un precio de £30,000 y un recorrido de más de 9.000 millas desde Salinas, California, hasta el continente helado, el viaje fue parte de un evento bautizado como "El Experimento Final".
El objetivo del experimento, organizado por Will Duffy, un pastor de Colorado, era observar el fenómeno del sol de 24 horas durante el verano del hemisferio sur, algo que contradice completamente el modelo de la Tierra plana. Campanella viajó junto a otros terraplanistas y defensores de la teoría de la Tierra esférica para presenciar el fenómeno.
Durante la transmisión en vivo del evento, el grupo capturó impresionantes imágenes del paisaje antártico y mostró el sol trazando un camino continuo en el cielo sin ponerse. Al presenciar el sol de medianoche –un fenómeno en el que el sol permanece visible incluso a la medianoche–, Campanella no pudo evitar reconocer la evidencia.
''Pensé que no existía un sol de 24 horas… pero ahora, sinceramente, creo que sí existe'', admitió ante la cámara. También destacó: ''Sinceramente creía que no existía un sol de 24 horas –ahora creo que sí. Y eso es todo''.
A pesar de aceptar que el sol circula alrededor del continente antártico, Campanella evitó afirmar completamente que la Tierra sea una esfera perfecta. ''No diré que la Tierra es una esfera perfecta'', señaló. ''Pero el sol hace exactamente lo que estos chicos dijeron: da vueltas alrededor del continente austral. Así que eso es todo''.
El viaje incluyó la participación de otros prominentes terraplanistas, como Austin Witsit, quien se negó a aceptar las conclusiones del experimento. Witsit argumentó que la observación del sol de 24 horas no era suficiente para descartar la teoría de la Tierra plana. ''No creo que esto refute la Tierra plana, no creo que pruebe una esfera –creo que es un dato aislado'', comentó.
El experimento, que ha captado la atención mundial, ha reforzado para muchos la evidencia de que la Tierra no es plana. Sin embargo, aún persisten algunas voces que cuestionan la conclusión. Campanella, por su parte, enfrentó las críticas con honestidad: ''Sé que me llamarán vendido por decir esto. ¿Y sabes qué? Si ser honesto te convierte en un vendido, que así sea''.