Deborah Stone, una joven de 18 años, se convirtió en la primera persona en perder la vida en una atracción de Disneyland. Su trágico fallecimiento en 1974 marcó un hito sombrío en la historia del famoso parque temático, donde la alegría y la diversión se vieron interrumpidas por un accidente fatal.
Originaria de Santa Ana, California, 'Debbi' Stone trabajaba como anfitriona en la atracción America Sings, un espectáculo que celebraba la música estadounidense. Su muerte, ocurrida solo dos semanas después de la inauguración de la atracción, dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de Disneyland y sus visitantes.
Deborah Gail Stone, conocida cariñosamente como 'Debbi', era una estudiante estadounidense de 18 años que había aceptado un trabajo de verano en Disneyland con la esperanza de ahorrar para su matrícula en la Universidad Estatal de Iowa.
Su papel en la atracción America Sings consistía en dar la bienvenida a los visitantes y asegurarse de que se acomodaran adecuadamente en sus asientos. Sin embargo, su vida se apagó de manera repentina y trágica en julio de 1974, un evento que conmocionó a la comunidad y a los visitantes del parque.
America Sings, inaugurada el 29 de junio de 1974, presentaba un espectáculo animatrónico que celebraba la historia musical de Estados Unidos. Solo nueve días después de su apertura, Deborah Stone perdió la vida en un accidente que involucró una pared móvil de la atracción. Se presume que 'Debbi' se encontraba demasiado cerca del estrecho canal entre la pared móvil y la pared estacionaria del escenario, lo que resultó en su trágica muerte.
El día del suceso, un espectador que grababa el espectáculo escuchó gritos y alertó a los operadores. Cuando llegaron al lugar, ya era demasiado tarde; 'Debbi' había sido aplastada. Este incidente marcó un antes y un después en la historia de Disneyland, ya que fue el primer fallecimiento registrado en una de sus atracciones.
Tras la muerte de Deborah Stone, Disneyland cerró la atracción durante dos días para investigar el accidente. La compañía tomó medidas inmediatas para mejorar la seguridad, incluyendo la instalación de luces de advertencia en el área donde ocurrió la tragedia. En ese contexto, America Sings reabrió sus puertas el 11 de julio de 1974, pero cerró definitivamente en 1988.
Asimismo, la historia de Deborah Stone no solo resalta la vulnerabilidad de los trabajadores en entornos de entretenimiento, sino que también subraya la importancia de la seguridad en las atracciones. Su nombre se ha convertido en un recordatorio de que, detrás de la magia de Disneyland, existen riesgos que deben ser gestionados con seriedad y responsabilidad.
