La crisis en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) afecta negativamente la salud de los costarricenses. Los médicos dejan la CCSS por las malas condiciones laborales, horarios inflexibles, jefaturas desmotivadoras, largas filas en consultas externas, recargos y mejor paga en el sector privado.
Esta situación ha llevado a una disminución en la calidad de los servicios que se prestan a los asegurados, quienes deben enfrentar largas esperas para recibir atención médica oportuna. Muchos pacientes se ven obligados a recurrir a servicios privados, ya que los médicos prefieren trabajar en el sector privado debido a las mejores condiciones laborales y salarios más altos. Esto genera un gasto adicional para las familias y agrava las inequidades en el acceso a la salud.
Además, la falta de recursos y el mal manejo administrativo han generado desabastecimiento de medicamentos y equipos médicos esenciales, lo que pone en riesgo la vida de los pacientes. La corrupción y la mala gestión de los fondos públicos son otros factores que contribuyen a la crisis, desviando recursos que deberían destinarse a mejorar las condiciones del sistema de salud.
Los médicos migran del sector público al sector privado por mejores condiciones laborales y mejores salarios. Este fenómeno no solo afecta la disponibilidad de personal capacitado en la CCSS, sino que también crea una brecha significativa en la calidad de atención entre ambos sectores. En el ámbito privado, los profesionales de salud cuentan con más recursos, menos carga de trabajo y una mayor autonomía para tomar decisiones clínicas. En contraste, los médicos del sector público deben lidiar con una infraestructura deficiente, recursos limitados y una burocracia que obstaculiza su labor diaria.
La fuga de talento hacia el sector privado no solo desangra la capacidad operativa de la CCSS, sino que también aumenta la presión sobre los profesionales que permanecen en el sistema público. Estos médicos, sobrecargados y mal remunerados, enfrentan un entorno laboral que no les permite brindar la atención de calidad que desearían ofrecer, lo que a su vez desmotiva aún más al personal y perpetúa el ciclo de deterioro del sistema.
Es relevante analizar la estrategia de la Ministra de Salud de contratar médicos extranjeros sin realizar exámenes ni verificar credenciales. Estos profesionales pueden no estar familiarizados con el sistema de salud costarricense, lo que podría presentar desafíos adicionales para la CCSS en lugar de soluciones. Surge la interrogante sobre quién asumirá la responsabilidad por posibles errores en áreas críticas como cirugías, terapia intensiva o partos. Esta medida de contratar médicos extranjeros es tan absurda como la anterior propuesta de la Presidenta de la CCSS sobre la creación de farmacias para la venta de medicamentos e insumos médicos.
En última instancia, la solución a esta crisis pasa por una reforma estructural que aborde tanto las condiciones laborales de los profesionales de salud como la gestión eficiente y transparente de los recursos. Solo así se podrá revertir la tendencia y garantizar que todos los costarricenses tengan acceso a una atención médica digna y de calidad, independientemente de su capacidad económica.
La CCSS es una institución clave dentro de la seguridad democrática de Costa Rica, por lo cual es necesario tomar medidas para resolver esta situación a nivel nacional.
El autor es pediatra infectólogo.
