La relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel está más tensa que nunca. Alejada de la mesa chica donde se toman las decisiones de Gobierno, la vicepresidenta se convirtió en un problema para el mandatario, que la mira de reojo por su desempeño como titular del Senado.
Este quiebre en la cabeza del Ejecutivo es, según el analista político Jorge "Turco" Asís, "una estafa institucional que enturbia el paraíso" en el que vive el oficialismo a un año de su llegada a poder.
"Ambos proporcionan abundante material para el desperdicio de la decepción. Villarruel representa otra vertiente tradicional de la derecha. Una pasión proclive a las desmesuras gestuales del nacionalismo que se conmueve en circuito cerrado con las apelaciones malvineras del heroísmo", señaló el escritor y periodista.
La vice, sin embargo, sabe que no están dadas las condiciones de enfrentar abiertamente a su compañero de fórmula, quien goza de un fuerte nivel de popularidad.
"Pero dista de ser oportuno entrar hoy en conflicto con la clave del Milei que mantiene la hegemonía de la centralidad y se encuentra blindado por la solvencia transitoria de la suerte. Villarruel lo sospecha y trata de rebajar la intensidad del conflicto, aunque en el origen del pecado conserve cuotas de razón", señaló Asís en su blog personal.
En los últimos días la titular del Senado volvió a quedar en el ojo de la tormenta por su papel en la sesión donde se votó la expulsión de Edgardo Kuieder y por sus recientes declaraciones contra Patricia Bullrich, a quien le cuestionó haber autorizado al gendarme Nahuel Gallo viajar a Venezuela, donde permanece detenido.
"Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar", ironizó la vicepresidenta quién, durante la campaña, había sido destacada por Milei como especialista en ambos temas.
"Villarruel fue cruelmente humillada entre los incondicionales de su feligresía, los que supieron siempre que acompañaba al referente imprevisible que funcionaba motorizado por las emociones fuertes y las agresivas ingeniosidades fronterizas, en efecto, con la locura", señaló Asís, quien asegura que los desplantes a la vice son de vieja data y tienen mucho que ver con el lugar que finalmente ocupó en el Gobierno tras las promesas de campaña.
"Consta que Milei anunciaba públicamente que los juguetes de la Seguridad y la Defensa iban a ser manejados por su compañera de fórmula. Sostenía, en la cruzada: ´Vicky no va a estar solo para tocar la campanita o animar los debates del Senado´. Pero los juguetes, después del Pacto de Acassuso con Macri, fueron para el entretenimiento de la señora Patricia Bullrich", apuntó.
Esas promesas del Presidente fueron, cree Asís, meras "promesas de estudiante irresponsablemente desparramadas en la impunidad de los templos mediáticos de la política, cuando el objetivo presidencial tenía todavía la magnitud ilusoria de la utopía".
"Palabras al viento que sin embargo adquirieron repentino músculo real cuando Milei se descubrió situado en la playa del ballotage. Mientras tanto el delirio paulatinamente se alejaba y la fábula de la presidencia podría concretarse de verdad", concluyó.
