Cuando el poeta y dramaturgo noruego Jon Fosse (1959) obtuvo el año pasado el premio Nobel de Literatura , era casi un desconocido para la escena española. La puesta en escena, en 2002, de 'Alguien va a venir' a cargo de la compañía aragonesa Teatro Arbolé ; una lectura dramatizada de su obra 'Yo soy el viento' en 2014; y tres años antes, el montaje de la misma obra que trajo, en inglés, Patrice Chéreau al Teatre Lliure constituían las únicas presencias del autor en nuestro país. Hasta ahora. El Teatro Español presenta en su Sala Margarita Xirgu hasta el 2 de febrero de 2025 ' Viento fuerte ' (Sterk vind), una obra estrenada en el Teatro Noruego de Oslo en 2021, y con la que el Fosse volvía a la dramaturgia después de una década de dedicación a la novela. La producción que presenta el teatro madrileño la dirige José María Esbec , que cuenta con un reparto compuesto por Felipe García Vélez, Zaida Alonso y Alberto Amarilla . La obra cuenta la historia, situada en el decimocuarto piso de un edificio, de un hombre (así lo nombra el autor) que vuelve tras un largo viaje; llega a la casa a la que su mujer (Fosse tampoco le da nombre) se ha mudado mientras él estaba fuera. Hay un joven en esta casa con la mujer, y el hombre piensa que el joven ha de marcharse, pero éste y la mujer se besan. Jon Fosse subtituló 'Viento fuerte' como un « poema escénico ». De ella dice Esbec que «no es una obra convencional». «Fosse ha creado un artefacto poético y críptico -dice el director- en el que el mundo se va construyendo en la retina del protagonista, en un abrir y cerrar de ojos, en un parpadeo que es un instante precipitado y que antes de tomar conciencia ya es pasado. O sea, la mirada como ventana al mundo. Un mundo en el que los ojos son los poetas de nuestra realidad». La obra aborda el tiempo, el amor, los celos, el miedo a las alturas y una atracción por la muerte, casi como un mal sueño. Esta expresión usa uno de sus protagonistas, Felipe García Vélez, que califica el texto de « complejo y hermoso », y asegura que ese mal sueño en el que se convierte la historia termina por conducir a la liberación. «Este es un mundo lleno de miedo y de traumas -añade el actor-, y el arte puede aliviarlos con la belleza. 'Viento fuerte' es más forma que contenido, y los intérpretes tenemos que afrontarlo desde la vulnerabilidad. Hemos querido que el montaje sea lo más objetivo posible». «Es un teatro existencialista -completa Zaida Alonso-. Sus personajes aparecen desdibujados, no hay en ellos rasgos psicológicos definidos, y Fosse se enfrenta en esta obra a cuestiones que la sociedad suele eludir, como la muerte, la fugacidad; habla de lo anodino de la existencia».