«Fluyen los muertos, hiperbólicos». La frase es de un poeta catalán, Joan Vinyoli , y tendrá más de cincuenta años, pero está taaan de actualidad. Casi los mismos años que tiene ya el cadáver de Franco, ahora que lo pienso. Ese cadáver que nunca se entierra ni se desentierra del todo por más fango que añadamos, y al que ya vemos con naturalidad, como al fantasma de Fiz de Cotovelo en la novela de Wenceslao 'El bosque animado', que era inseparable del bandido Fendetestas, como lo es el fantasma del dictador de nuestro presidente del Gobierno en estos años. Que no quiero yo compararlo con el bandido, líbreme Dios. El pobre salteador de la ficción era, además, buena persona. Necesitan...
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