La Unión Europea está decidida a mantener fuera de la influencia rusa y china a los países de los Balcanes Occidentales y, por eso, la cumbre celebrada este jueves en la capital comunitaria ha servido para da un nuevo impulso a la ampliación. El nuevo ejecutivo comunitario que comenzó su mandato el pasado 1 de diciembre espera que alguno de estos países pueda entrar en el club en los próximos cinco años. “El futuro de Balcanes Occidentales está en nuestra Unión. Una vez más reconfirmamos nuestro compromiso pleno y unívoco para la perspectiva de adhesión de los Balcanes Occidentales a la UE”, reza la declaración conjunta.
La guerra en Ucrania que comenzó en febrero del año 2022 ha sido el aldabonazo que necesitaba la Unión Europea para acelerar el proceso e intentar cortejar a estos países. El punto de inflexión fue la cumbre celebrada en Tirana (Albania) en diciembre de 2022 cuando el tono cambió de manera radical. Los seis países concernidos (Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Kosovo) se habían sentido agraviados cuando Moldavia y el país invadido por Putin consiguieron el estatus de candidato en tiempo récord mientras ellos habían tenido que esperar décadas.
“Los vientos en Bruselas han cambiado, especialmente desde la guerra de agresión de Rusia en Ucrania, cuando vemos que Bruselas y otras capitales europeas entendieron que la Ampliación atañe también a la seguridad del continente europeo. Para un tango hace falta dos y ahora vemos un nuevo impulso”, ha explicado a su entrada a la reunión el presidente de Montenegro, Jakov Milatovic.
Un nuevo optimismo se ha apoderado de estos países. Albania confía en cerrar las negociaciones de adhesión a la Unión Europea en 2027 para acabar de integrarse en el bloque comunitario en 2030, coincidiendo con el fin del mandato de Ursula von de Leyen mientras que Montenegro aspira a ser parte el club en 2028. Este martes, Albania consiguió abrir dos capítulos más en las negociaciones de adhesión. En el caso de Montenegro, la UE ha dado por cerrados seis capítulos de los 33 abiertos.
“Esta cumbre es muy importante por tres razones: primero porque pertenecemos a la misma familia europea, compartimos un continente y lo que es más importante compartimos los mismos valores e historia; segundo porque para todos nosotros la ampliación es una prioridad, estamos realmente comprometidos a esta ampliación y creemos que esta ampliación es la mayor inversión geopolítica en paz seguridad y prosperidad y, finalmente, porque estamos viviendo una gradual integración de los países de los Balcanes y anticipando los beneficios concretos para sus ciudadanos”, ha asegurado el presidente del Consejo, Antonio Costa que ha citado como ejemplo de esto último la liberalización de los visados, el fin de las tarifas de itinerancia del teléfono móvil (roaming) y el plan de crecimiento aprobado el año pasado que puede “transformar de manera radical la economía de estos países durante las próximas décadas”.
En el mes de octubre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dio luz vez a las reformas emprendidas por estos países para que puedan optar a 6.000 millones de euros en los próximos años. Este paquete de 2000 millones de euro en subvenciones y 4.000 en préstamos está condicionado a impulsar las reformas económicas así como avances en el respeto al Estado de derecho y los valores fundamentales de la UE. Los desembolsos se producirán dos veces al año hasta el 2027 siempre y cuando los beneficiados cumplan lo que prometen.
De los seis países que están a la cola, cinco tienen el estatus de candidato mientras que Kosovo no ha alcanzado esta fase ya que hay cinco socios europeos –España, Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumanía- que no consideran este territorio como Estado. Kosovo – provincia serbia de mayoría albanesa- declaró su independencia de manera unilateral en el año 2008 con el apoyo de Estados Unidos.
Bruselas condiciona la entrada de Serbia y Kosovo en el club comunitario a la normalización de sus relaciones, aunque éste no es el único motivo de preocupación por parte de la UE respecto a Belgrado quien siempre consideró una traición de Occidente el apoyo mayoritario a la independencia de Kosovo. A pesar de ser un país candidato, Serbia no se ha alineado con la política de sanciones contra Rusia de la Unión Europea tras la invasión de Ucrania y los constantes llamamientos de la Comisión Europea no han servido de mucho.
La última vez que la UE vivió una ampliación fue en el año 2013 en el caso de Croacia. Todo indica que no habrá un nuevo "big- bang" como el sucedido en 2004, cuando entraron diez nuevos países del antiguo talón de acero sino que las nuevas entradas serán escalonadas.