El Gobierno puede sufrir hoy una nueva derrota parlamentaria. Y muy dolorosa porque puede llegar por su propia reforma fiscal. El PP ha logrado deshacer su ley en el Senado y llega al Congreso después de haber mutado con hasta 15 enmiendas del PP que han logrado en la Cámara Alta el respaldo de Junts y que si hoy mantiene su voto acabará suponiendo un nuevo golpe al Gobierno y abrirá, a la vez, una gran brecha con sus socios. Todo está en el aire y, hasta el último, los posconvergentes evitan concretar nada porque todo puede cambiar. El Gobierno sostiene que no va a hacer más cesiones a Junts para frenar su alianza fiscal con el PP.
Todo el foco se sitúa en la enmienda 54 de la reforma fiscal, que este martes aprobó el Senado con el voto de Junts y que incluye derogar el artículo 1 de la ley 38/2922 aprobada por el Gobierno tras la guerra de Ucrania y que incluía impuestos temporales y extraordinarios a las energéticas. El PP con su enmienda buscaba eliminar el gravamen temporal. Si consigue atraer de nuevo a Junts en la votación final, el impuesto quedará sin efecto finalmente y ello abocaría a un nuevo choque del Gobierno con sus socios, después de que precisamente el PSOE llegase a un acuerdo con ERC, Bildu y Podemos para prorrogar el gravamen por la vía del real decrreto ley.
El PP confía en sacar adelante dos enmiendas, según destacó ayer su presidente Alberto Núñez Feijóo en una conversación informal con periodistas. La primera es justo esta, la que derogaría el impuesto a las energéticas. Solo con la abstención de Junts hoy en el pleno sería suficiente para desbaratar los planes fiscales del Gobierno y conseguir una división, de facto, con sus socios. La segunda que el PP ve posibilidades de prosperar es la que tiene que ver con la exención de numerosos impuestos para las víctimas de la DANA, que abarcan desde el IRPF y donaciones hasta el IBI o el IVA. El PSOE tendrá muy difícil posicionarse en contraLos populares tienen mucho interés también en sacar adelante las ayudas fiscales a los jóvenes de 18 a 34 años. Según el presidente del PP sería lo lógico que Junts «por coherencia» repitiese su mismo voto en el Congreso que en el Senado. Los populares se abren además a votar a favor de algunas de las enmiendas de Junts que ya respaldaron en el Senado como la de la rebaja del IVA al 4 por ciento de los alimentos básicos entre los que Junts cree que deberían tributar en la misma categoría las leches fermentadas y también las bonificaciones en la cuota empresarial a entrenadores o monitores de clubs deportivos.
Lo cierto es que con las enmiendas por la DANA, Junts desactiva en chantaje del Gobierno con los Presupuestos, ya que Pedro Sánchez había exigido el apoyo a las Cuentas para poder ayudar a las víctimas de Valencia. Con estas ayudas fiscales, los posconvergentes subrayan que se evidencia que no es necesario unos Presupuestos para 2025 para aliviar la situación de las víctimas de la catástrofe.
Este movimiento supondría, de facto, una nueva evidencia de la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez. Un golpe que lograría asestar el PP al Gobierno en sus momentos más bajos, en medio del cerco judicial. Los populares muestran, a su vez, la posibilidad de poder llegar a pactos con otras fuerzas en la Cámara Baja, a pesar de la etiqueta que el Ejecutivo busca ponerles de que solo pueden pactar con Vox. Todo al mismo tiempo que el PP trabaja con el objetivo de demostrar que la mayoría de investidura "está muerta". Si bien, el PP insiste en que no existe una alianza real con Junts, sino que el objetivo pasa por aprovechar cualquier recobeco para desgastar al Ejecutivo. De hecho, ante esta pinza con Junts, en el PP conceden que Junts es "más coherente" con su programa que el PNV.
En el Gobierno, sin embargo, tratan de aparentar normalidad y no dan credibilidad a una pinza PP-Junts en este sentido. Confían fuentes gubernamentales que los independentistas mantengan el voto que hace semanas dieron a la reforma fiscal.
