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Hola.
“Me dijo que mis amigas y yo éramos unas putas y aún así me quedé”. “Me amenazaba cada vez que hacía stories con él y aún así me quedé”. “Me advertía de que si no tenía relaciones sexuales con él, las tendría con otras. Y aún así, me quedé”. Hace ya unos años que las redes sociales nos sirven como vehículo para romper el silencio acerca de la violencia, el machismo o el acoso. El “y aún así me quedé” es una de las últimas tendencias: muchas mujeres cuentan algo dañino o violento que sus exparejas hacían y terminan con un “y aún así me quedé”.
A mí me chirrió desde el principio porque lo veo algo culpabilizador. ¿Por qué poner el énfasis, otra vez, en lo que hicimos o no nosotras, en cuál fue nuestra reacción, en lugar de poner el foco en los comportamientos de ellos, o en lo que la sociedad hace acabar con el machismo? Me he escrito esto.
Hablando con algunas mujeres vi cómo para algunas es útil, bien porque les hace sentir menos solas, bien porque se sienten 'menos' mal al saber que no son las únicas a las que les pasó 'y se quedaron'. Pero también había culpa y horror, o una sensación de que nosotras somos las tontas o incluso algo responsables por no habernos ido antes.
Compartiendo estas reflexiones con varias personas aparecieron otras ideas, por ejemplo, lo útil que sería compartir esas situaciones y contar que, antes o después, nos fuimos, y explicar qué es lo que nos ayudó a salir de ahí. “A ratos me cuidaba y era genial, pero otros se ponía agresivo y tenía miedo, aún así me fui, aunque tardé un poco en asumir que aquello ni era normal ni estaba bien ni era lo que merecía”. O “condujo de manera temeraria porque estaba enfadado conmigo y al principio le justifiqué porque pensé que en general era bueno, pero después de compartirlo con amigas y de tener varias conversaciones, lo dejé”.
Amigas, libros, terapia, escuchar a otras, feminismo, encontrar a quienes nos tratan bien, saber cómo cuidarnos y sostenernos. Todo eso se aprende. Igual que aprendemos un modelo de amor y pareja lleno de estereotipos y tics machistas y dañinos y que, sin embargo, asumimos como 'lo normal' desde que somos peques. Cuantas más herramientas tengamos, antes y mejor podremos salir de las relaciones que nos hacen daño o donde nos violentan, pero cambiar todo esto es una responsabilidad colectiva. Igual que acabar con el machismo que sostiene la violencia y el control y que muchos hombres siguen ejerciendo. Nosotras nos vamos, nos quedamos, pero ¿quién y por qué agrede?, ¿qué sostiene esa estructura y qué estamos haciendo para cambiarla?
"A los hombres se les presupone una capacidad científica que aún no se les reconoce a las mujeres, por este motivo ellas reciben más comentarios relativos a su capacidad"
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Venga, termino con una serie que me ha enganchado porque es en plan thriller y que creo que aborda la violencia sexual y la familia de una manera menos convencional: 'Una familia normal', en Netflix. Ya me dirás qué te parece. ¡Espero tus recomendaciones!
Ana