Un grupo de investigadores encontró un amuleto de plata de 1800 años de antigüedad en un entierro de Alemania y se reveló la evidencia más antigua del cristianismo.
El amuleto hallado al norte de los Alpes podría reescribir la historia temprana de la religión cristiana en el Imperio Romano y modificar el entendimiento de los historiadores.
El amuleto, que tenía varias inscripciones en su interior, se encontró en la tumba de un hombre que murió entre el 230 y el 270 d.C y se estima fue enterrado en las afueras del cementerio de Frankfurt.
Los especialistas señalan que el amuleto estaba colgado en el cuello, ya que tenía el propósito de proteger al dueño de diversas enfermedades o dolencias.
El amuleto contenía una lámina de plata enrollada, que fue analizada virtualmente mediante tomografía computarizada en el Centro Leibniz de Arqueología (LEIZA). El análisis reveló una inscripción de 18 líneas en latín.
El texto incluía una referencia a Jesucristo como Hijo de Dios, una cita temprana de la Carta de Pablo a los Filipenses y la frase "¡Santo, santo, santo!", una expresión no conocida en el cristianismo hasta el siglo IV. También, el texto menciona a San Tito y ofrece una declaración de fe en Jesucristo.
Para los especialistas es interesante que el amuleto no contiene elementos de otras religiones, siendo exclusivamente cristiano, a diferencia de otros de la época que mezclaban elementos de judaísmo y paganismo.
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El descubrimiento del amuleto de Frankfurt modifica la comprensión de la cristianización en el mundo romano occidental, destaca su penetración temprana y su expansión hacia el norte.
Este hallazgo no solo enriquece la comprensión de la historia religiosa, sino que también pone en cuestionamiento la relevancia de la fe en la vida cotidiana de las personas de la antigüedad.
