El Departamento de Agricultura de EE. UU. promueve un cambio significativo en la alimentación, sugiriendo un aumento en el consumo de legumbres como frijoles, lentejas y arvejas. Estas recomendaciones buscan incorporar más proteínas de origen vegetal para mejorar la salud y prevenir enfermedades.
Un reciente informe del comité asesor del Departamento de Agricultura destaca la importancia de las legumbres como sustitutos de la carne roja y procesada. Este cambio se basa en un análisis exhaustivo de la evidencia científica que respalda los beneficios de una dieta rica en estos alimentos. Las nuevas directrices, si se implementan, enfatizarán la reducción de carnes rojas y procesadas, al tiempo que fomentarán el consumo de granos integrales y la disminución de bebidas azucaradas y alimentos procesados.
El informe del comité asesor señala que los patrones dietéticos que incluyen un alto consumo de frijoles, arvejas y lentejas están asociados con resultados positivos para la salud. “Se observaron evidencias convincentes en las revisiones sistemáticas que indican que una mayor ingesta de legumbres se relaciona con un menor riesgo de enfermedades crónicas”, afirmó Angela Odoms-Young, vicepresidenta del comité y profesora de nutrición en la Universidad de Cornell.
Además, el comité ha recomendado que las legumbres sean clasificadas como alimentos ricos en proteínas, en lugar de ser agrupadas únicamente como vegetales. Este cambio busca incentivar a la población a aumentar su consumo de proteínas de origen vegetal, lo que podría tener un impacto positivo en la salud pública.
Las directrices actualizadas también abordan la relación entre el consumo de carne y enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas. La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en EE. UU., y se sugiere que reducir el consumo de carne y aumentar la ingesta de legumbres podría ayudar a mitigar esta tendencia. “No quiere decir que no se pueda comer proteína animal, pero se debe considerar cómo aumentar la cantidad de proteína de origen vegetal en la dieta”, explicó Odoms-Young.
El informe también aconseja disminuir el consumo de bebidas azucaradas y sal, mientras que se recomienda que los granos integrales representen el 50% de todos los granos consumidos. Estas recomendaciones están diseñadas para mejorar la salud general de la población estadounidense.
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El informe ha sido presentado al Departamento de Agricultura y al Departamento de Salud y Servicios Humanos para su revisión, y actualmente se lleva a cabo un período de comentarios públicos de 60 días. Si se aprueban, las nuevas directrices entrarían en vigor el próximo año y se mantendrían hasta 2030.
Cheryl Anderson, miembro del comité asesor, destacó la importancia de considerar las diferencias socioeconómicas y el acceso a alimentos saludables. “Estamos haciendo estas recomendaciones con la esperanza de que, sin importar dónde vivan, aprendan, trabajen, jueguen u oren las personas, puedan seguir la guía”, afirmó Anderson.
Para más información sobre alimentación saludable, el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) ofrece recursos y guías que pueden ser de utilidad para la población.