Un atentado con bomba en Moscú resultó en la muerte del general Igor Kirilov, quien se desempeñaba como jefe de las tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia. La explosión, ocasionada por un artefacto escondido en una patineta eléctrica, se efectúo frente a un edificio residencial. Este ataque se da en un contexto marcado por el aumento de la tensión en Ucrania, donde Kirilov fue señalado por la utilización de armas prohibidas. Su muerte causó un profundo impacto en las fuerzas militares rusas, que se encuentran en un estado de alerta ante el asesinato de uno de sus principales líderes.
Asimismo, también podría tener repercusiones en el desarrollo de la guerra en Ucrania, ya que Kirilov desempeñaba un papel clave en la gestión de armamento y estrategias militares vinculadas a armas químicas y biológicas. Su muerte podría generar una respuesta de represalia por parte de las autoridades rusas.
El atentado ocurrió alrededor de las 6:00 de la mañana, cerca de la vivienda número 2 en la avenida Ryazansky, en el distrito de Nizhny Novgorod, en Moscú. Según los testigos, la explosión fue tan fuerte que destrozó las ventanas de los apartamentos cercanos. De inmediato, se desplegaron unidades de emergencia en la zona para asegurar el área y prevenir riesgos.
Según las primeras investigaciones, la explosión fue por un artefacto oculto en el manillar de una patineta eléctrica. El dispositivo explotó en el momento en que las víctimas salían del edificio, lo que indica que el ataque podría haber sido planificado. Algunos informes revelan que la bomba se habría activado de forma remota, aunque este detalle aún está siendo investigado por las autoridades.
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La muerte de Kirilov ocurre poco después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo señalara como responsable del uso de armas químicas prohibidas en territorio ucraniano. El 16 de diciembre lo acusó de ordenar ataques masivos con armamento químico contra las fuerzas ucranianas.
Según el SBU, bajo su mando se registraron más de 4.800 incidentes relacionados con el uso de municiones químicas desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022. Además, el 8 de octubre, el Reino Unido impuso sanciones contra Kirilov y su unidad militar, responsabilizándolos directamente por el empleo de armas químicas.
En septiembre de 2022, Kirilov afirmó que el Departamento de Defensa de Estados Unidos financiaba y controlaba 336 laboratorios biológicos en 30 países, incluidos más de 50 cercanos a las fronteras rusas. Según sus declaraciones, estas actividades habrían causado un “empeoramiento de la situación epidémica” y la aparición de “enfermedades infecciosas atípicas”.
Sin embargo, las acusaciones carentes de evidencia fueron rechazadas por la comunidad internacional, que las ve como una campaña de desinformación por parte de Rusia. En octubre de 2023, Kirilov afirmó que el "régimen de Kiev" estaba preparando una provocación con la intención de responsabilizar al gobierno ruso por el uso de sustancias tóxicas durante la invasión.
