Una estrella con deseo de llenar un vacío con la ayuda de una que quiere sentirse realizada y un
casi MVP que quiere serlo. Un equipo que quiere renacer contra otro que anhela emerger mientras el joven entrenador de moda desafía a uno pasado y caduco o eso decían. Como lo ha sido esta segunda edición de la
Copa NBA con su desenfrenado desfile de emociones, la final de esta próxima madrugada en Las Vegas entre los Milwaukee Bucks de
Giannis Antetokounmpo y
Damian Lillard y los Oklahoma City Thunder de
Shai Gilgeous-Alexander (02:30) presenta una frenética sucesión de historias al encuentro en un duelo con más de un título un juego para suceder en el palmarés a los
Lakers: un tira y afloja entre eras en una especie de combate generacional, entre lo viejo y lo nuevo, entre un presente que se debate entre seguirlo siendo o quedar en parte sepultado al pasado y un futuro que no puede esperar por desembarcar en el presente.
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